Imagen referencial del hielo polar en la Antártida. (Foto: Pixabay)

Imagen referencial del hielo polar en la Antártida. (Foto: Pixabay)

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El simposio “Planeta viviente 2016” de la Agencia Espacial Europea (ESA, en sus siglas en inglés) se inauguró este lunes en Praga con un mensaje de alerta acerca de los efectos del cambio climático que, dentro de quince años, puede hacer desaparecer el hielo de los Polos durante el verano.

“En quince años, el hielo puede desaparece en el verano”, dijo en su intervención inaugural Volker Liebig, director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA.

La ESA basa sus predicciones en las observaciones de la capa de hielo realizadas por los satélites exploradores de la Tierra “CryoSat”.

“CryoSat” ha detectado que entre 1980 y 2015 la superficie de hielo de la Tierra ha pasado de 7 millones de kilómetros cuadrados a sólo 3 millones.

Sin el hielo, no se reflejan las radiaciones solares y aumenta el calentamiento, apuntó por su parte Wolfram Mauser, presidente del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC).

“La pérdida de volumen de hielo en Groenlandia es dramática”, dijo Mauser acerca de un territorio que lleva una pérdida acumulada de 1.200 kilómetros cúbicos de hielo hasta 2015.

Sin embargo, esa pérdida es mucho mayor en la Antártida que en Groenlandia, significó también el experto alemán.

En este simposio, que tiene lugar hasta el 13 de mayo en el Palacio de Congresos de la capital checa, participan 3.300 personas procedentes de 85 países.

Además de la gradual desaparición de la capa de hielo, los expertos de la ESA llamaron la atención sobre la caída de las reservas de agua en algunas zonas del planeta, algo que se ha subestimado como factor de generación de conflictos.

“El cambio de las reservas de agua observado por los campos de gravedad (con ayuda del satélite GOCE) se observa en Siria y esto ha afectado el conflicto desde 2010”, dijo Mauser.

Mauser confirmó que hubo una “caída repentina desde 2007 en el acceso al agua”, un factor al que aquella sociedad no ha sido “capaz de enfrentarse” y que produjo un desplazamiento de dos millones de personas a las ciudades.

Esa repentina escasez de agua se produjo de forma tan rápida que el país no pudo adaptarse.

Mientras que en Jordania están adaptados a este tipo de sequedad, “en Siria no”, aseguró Mauser.

“Sentimos que el papel del acceso al agua y las variaciones del agua está subestimado de momento en estos conflictos y creo que podemos hacer más y mejor para superarlo, sabiendo cómo ocurrió”, concluyó el experto.

Ahí ve la ESA el valor añadido de sus observaciones desde el espacio con ayuda de sus satélites centinelas “Goce”, “Swarn”, “CryoSat” o “Smos”.

“Se puede en un momento temprano tratar de convencer a los Gobiernos para prepararse”, señaló el experto.

(Fuente: EFE)