La nueva Fuerza Aérea del Perú

Por: Lewis Mejía Prada
FOTOS | ANÁLISIS. Además de ser el mes de nuestro aniversario patrio, julio también lo es de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) y del Gran General del Aire, José Abelardo Quiñones, máximo héroe de la aviación militar peruana inmolado en su avión North American NA-50 sobre la localidad ecuatoriana de Quebrada Seca durante el conflicto de 1941.

A 76 años de este heroico suceso, cabe preguntarse sobre el estado situacional en que se encuentra la FAP y en qué consisten los principales desafíos de una de las organizaciones más antiguas e importantes de América Latina.

La realidad es que la institución prosigue con su proceso de modernización tecnológica e institucional iniciado hace unos años, cuya meta es alcanzar un óptimo nivel de excelencia para el bicentenario de la independencia en el 2021.

Efectivamente, en los últimos años la FAP ha concretado varios proyectos de renovación, así como la actualización de su doctrina y procedimientos operativos, además del relanzamiento de la industria aeronáutica nacional.

Muchos de sus sistemas de armas fueron repotenciados, como los cazabombarderos MiG-29 y Mirage 2000, y los helicópteros de combate Mi-25; y se han incorporado otros nuevos como los entrenadores KAI KT-1P, los aviones de transporte táctico C-27J Spartan y las aeronaves de apoyo DHC-6-400 Twin Otter.

El suceso más importante es la reactivación de la industria aeroespacial nacional, un viejo anhelo que tuvo su origen en 1936 cuando a través de la transferencia tecnológica se logró reparar, ensamblar y fabricar aeronaves bajo licencia italiana.

El relanzamiento del siglo XXI que hoy comentamos se viene dando a través del proyecto – exitosamente culminado – del ensamblaje en Lima por parte del Servicio de Mantenimiento (SEMAN Perú) del avión de entrenamiento y combate ligero KT-1P, de origen surcoreano.

Otro logro es el de fortalecimiento de la capacidad de transporte aerotáctico, con el C-27J Spartan, exhibido públicamente con la escarapela del Perú en la pasada Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE 2016) en Santiago de Chile.

Se sabe que para reemplazar a la veterana flota de Antonov 32 y recuperar su potencial en traslado de carga y pasajeros por la difícil geografía nacional, la FAP planifica la compra de más Spartan. Por el momento operan 3 de los 4 adquiridos, esperándose recibir el último a finales de año para el Grupo Aéreo No. 8.

Siendo el Perú un país de 30 millones de habitantes y 1,285 millones km² de superficie, con extensos desiertos costeros, áspera cordillera de los Andes con picos sobre los 7 mil metros, y una selva amazónica de alta humedad y temperatura, contar con este tipo de capacidad de respuesta eficiente resulta crucial.

Aún hay más. La intención de adquirir por lo menos dos aviones tipo Hércules para sumarse a la pareja disponible es otra noticia importante en este segmento. Se conoce un requerimiento por 6 cargueros C-130J con los que se alcanzarían las capacidades necesarias para afrontar una emergencia nacional.

En cuanto al transporte estratégico, se piensa en el Boeing B-767 para reemplazo o adición al veterano B-737-200Adv en servicio.

Por otro lado, la FAP casi ha logrado modernizar sus medios de transporte liviano, con los DHC- 6 Serie 400 Twin Otter, que en número de 12 incorporó a sus escuadrones aéreos desplegados en el Grupo Aéreo No. 42 de Iquitos. Se espera la compra futura de 7 aviones Pilatus PC-6 Turbo Porter para complementar a este importante dispositivo.

En cuanto a las aeronaves de ala rotatoria, la situación es menos auspiciosa. Prueba de ello fue la orden presidencial para que la Aviación del Ejército (AE) cediera en préstamo una parte de sus nuevos helicópteros polivalentes de fabricación rusa para afrontar el fenómeno de El Niño Costero.

Se trata de 4 ejemplares del lote de 24 Mil Mi-171Sh-P ‘Hip H’, que se están sumando a la flota de helicópteros de la propia FAP conformada por los Mi-8T, Mi-8MTV-1 y Mi-171Sh-P, integrados todos al Grupo Aéreo No. 3 con sede en Lima.

Y respecto a los helicópteros de tipo medio, urge el reemplazo de los gastados Bell B-212 y Eurocopter Bo-105LS, que gracias a los esfuerzos del SEMAN, y su símil electrónico, el SELEC, todavía vuelan.

Se ha alcanzado una mejor capacidad es cuanto a los helicópteros de combate de fabricación rusa, modelo Mil Mi-25D/UD y Mi-35P. En el primer caso, una parte de la flota fue recuperada, y ahora hace falta avanzar en su modernización tecnológica de cabina.

A la pareja de Mi-35 le hacen falta más ejemplares. No se descarta para el futuro cercano la compra de los modelos rusos Kamov Ka-50 y Mil Mi-28NE en reemplazo de los actuales “Hind”, que sirven en el Grupo Aéreo No. 2, en Vitor (Arequipa).

En cuanto a la forja de nuevos aviadores, los 20 ejemplares del KT-1P “Torito” operan en el Grupo Aéreo No. 51, en el seno de la Escuela de Formación de Pilotos No. 51 (EFOPI) ubicada en Pisco, junto a los recuperados Moravan Ziln 242L checos, pequeños aviones de entrenamiento primario llegados hace 20 años.

A nivel de tierra, los comandos del Grupo de Fuerzas Especiales (GRUFE) también se han modernizado, con los nuevos fusiles de asalto FN SCAR, así como con visores nocturnos y equipos de telecomunicaciones que incrementan las capacidades en combate en el VRAEM.

A todo esto, la defensa aérea sigue siendo el talón de Aquiles de la FAP, pues apenas se repararon dos antiguos radares TPS-70 de fabricación estadounidense, a todas luces una mejora insuficiente.

Falta contar con un dispositivo integral para la vigilancia electrónica del espacio aéreo y de un sistema de Comando y Control (C2) relacionado, que permita, además, atender los requerimientos de seguridad en el espacio amazónico sudamericano.

A esto se suma el reemplazo de los complejos coheteriles S-125 Neva/Pechora (SA-3 Goa) llegados en 1975 para el Grupo de Defensa Aérea (GRUDA), de lo que nada se sabe, salvo que se viene estudiando una solución desde hace años.

Entre lo pendiente también figura la segunda etapa de la repotenciación de otro grupo de MiG-29, que operan en el Grupo Aéreo No. 6 en Chiclayo; en tanto se aguarda la decisión de poner a punto la flota de aviones de ataque Sukhoi Su-25 basados en el Grupo Aéreo No. 11 de Talara (Piura).

La FAP apuesta por la mejora de su recurso humano y la generación de conocimiento especializado, a través de sus centros de formación profesional conformados por la Escuela de Oficiales (EOFAP) y la Escuela de Suboficiales (ESOFA), y los de innovación tecnológica, como el Centro de Investigación y Desarrollo de Proyectos (CIDEP). También se mantiene el intercambio con Estados Unidos, Brasil, la Federación Rusa, Francia y China Popular.

¿El resultado? Soluciones tecnológicas de manufactura nacional para la defensa aérea, como el sistema ECOVOX para grabar las comunicaciones de torre de control, el diseño y la construcción de simuladores de vuelo para Twin Otter, Scheweizer S-300C y KT-1P; de tiro virtual para diversas armas, incluyendo misiles antiaéreos portátiles; y la producción de vehículos aéreos no tripulados (UAVs) para vigilancia.

Respecto al desarrollo espacial, el lanzamiento del primer satélite peruano de observación terrestre PerúSAT-1 permite a la FAP seguir liderando el desarrollo de capacidades y doctrina a través de la infraestructura y personal capacitado en administración y mantenimiento de tecnología espacial.

Parte importante de estas capacidades se pusieron en juego en el reciente desastre de ‘El Niño Costero’, donde las tripulaciones de aviones y helicópteros demostraron un alto nivel de operatividad para atender a las regiones afectadas.

Como resultado, un total de 20,276 personas fueron evacuadas por la FAP, así como 1,717 toneladas de ayuda humanitaria llegaron a la zona en auxilio de las víctimas. Todo esto ha demostrado que la inversión en nuestra Fuerza Aérea no fue en vano y que definitivamente debe continuar.

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Esta nota sobre armas de guerra fue actualizada el 28.07.2017 a las 02:05 pm