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Estambul fue escenario el domingo de una multitudinaria marcha en contra del fallido golpe de Estado que el pasado 15 de julio puso en riesgo el mandato del presidente Recep Tayyip Erdogan y causó la muerte de más de 200 personas, entre civiles, policías y golpistas.

Cientos de miles de personas, todas vestidas con prendas de color rojo, el color de la bandera de Turquía, formaron una marea humana en el distrito de Yenikapi. Según medios gubernamentales unas tres millones se hicieron presentes en la concentración pacífica.

El mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, acudió a la manifestación y en su discurso de cierre habló sobre la posibilidad de restablecer la pena de muerte en su país.

“Si el pueblo quiere la pena de muerte, los partidos respetarán su voluntad”, dijo el jefe de Estado turco frente a sus simpatizantes, que clamaban a favor de esta medida.

“Aparentemente, no hay pena capital en Europa, pero sí la hay en Estados Unidos, en Japón, en China”, destacó Erdogan, que anunció una última manifestación popular para el próximo miércoles.