Vladimir Putin y los principales comandantes de las Fuerzas Armadas de Rusia (Foto: EFE)

Vladimir Putin y los principales comandantes de las Fuerzas Armadas de Rusia (Foto: EFE)

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El conflicto sirio se ha internacionalizado aún más durante este año, con la irrupción de la aviación de Rusia para apoyar a las fuerzas del régimen de Bachar al Asad que combaten a una miríada de grupos armados respaldados por diversos Estados.

Actualmente, surcan los cielos sirios aviones del Ejército nacional, rusos y de varios países, entre ellos EEUU y Francia, integrados en una coalición contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI o ISIS).

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El último en sumarse a los bombardeos ha sido Moscú, que decidió intervenir a finales de septiembre al estrecharse el cerco de la oposición en torno a Damasco y peligrar el feudo costero gubernamental de Latakia debido a los recientes avances del Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, y de sus aliados en regiones vecinas.

Precisamente, aviones de Rusia protagonizaron en noviembre uno de los más graves incidentes en décadas con un Estado miembro de la OTAN, Turquía, cuando un aparato ruso fue derribado por la fuerza aérea turca y cayó sobre el territorio sirio.

Queda por ver si la intervención de Rusia en la contienda siria supondrá un cambio del equilibrio de fuerzas y si tendrá alguna implicación en el proceso político para hallar una solución pacífica al conflicto.

Por el momento, los principales actores internacionales involucrados en la guerra siria, incluido Irán – aliado del Gobierno de Damasco -, acordaron recientemente en Viena una hoja de ruta para encontrar una salida al conflicto, y ahora hay esfuerzos para que el régimen y la oposición se sienten a negociar.

Mientras, sobre el terreno, Siria es escenario de una espiral de violencia, que en 2015 ha superado el cuarto de millón de fallecidos y que parece difícil de detener por su complejidad, ya que no son solo combatientes sirios los que se baten.



SOBRE EL CAMPO

Junto al Ejército, hay milicianos iraníes, afganos, libaneses y chiíes de distintas nacionalidades que respaldan a las autoridades frente a un cóctel de guerrilleros que van desde chechenos hasta chinos, pasando por estadounidenses, australianos, africanos y árabes, entre otros, que luchan con varias facciones.

El régimen mantiene sus bastiones en Damasco y en provincias costeras como Latakia y Tartús, así como en Sueida, en el sur, y trata de defender el territorio que le queda en Homs, Deraa, Al Quneitra, Alepo, Al Hasaka, Deir al Zur y Hama.

El resto se lo reparten distintos grupos armados, entre los que destacan el ISIS y el Frente Al Nusra.

Durante este año, la filial de Al Qaeda y sus aliados han arrebatado a las autoridades sirias el control casi total de la provincia septentrional de Idleb y se han hecho con el norte de Hama, que son precisamente dos de las regiones más castigadas por la aviación rusa, según la oposición y activistas.

Mientras, el ISIS que domina zonas del norte y el centro de Siria, además de estar presente en el sur, ha tomado en 2015 parte del campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk, a solo 5 kilómetros del centro de Damasco, y el este de la provincia central de Homs.

Este último avance ha sido importante para la organización, ya que la mitad oriental de Homs es fronteriza con la provincia iraquí de Al Anbar.

Esta zona es también importante por su simbolismo, ya que en ella se ubica la ciudad monumental de Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.



ISIS PIERDE TERRENO

No obstante, frente a estos logros, los yihadistas han retrocedido en el norte de Alepo, donde a principios de año perdieron el enclave kurdo de Kobane tras ser derrotados por las Unidades de Protección del Pueblo, la más importante milicia kurdosiria, apoyada por los aviones de la coalición internacional.

También se han replegado en la provincia nororiental de Al Hasaka, donde lanzaron una ofensiva en febrero en la que conquistaron varias localidades de mayoría asiria – un grupo étnico de credo cristiano – y secuestraron más de 200 vecinos, aunque en los últimos meses ha reculado frente a las fuerzas kurdas.

En su feudo principal en Siria, la provincia de Al Raqa, el ISIS ha perdido frente a los efectivos kurdos áreas del norte, como Tel Abiad, fronteriza con Turquía y por donde entraban los suministros para la capital homónima provincial, en poder de los radicales.

La lucha sigue en el país árabe y con ella la tragedia de miles de civiles, que se traduce no solo en los más de 250.000 muertos, sino también en los millones de refugiados que han abandonado Siria y que protagonizaron, junto a personas de otras nacionalidades, la mayor oleada de desplazados a Europa de este siglo.

(Fuente: EFE)



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