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Las potencias atómicas reducen numéricamente sus arsenales. Pero, desde el punto de vista cualitativo, continúa el rearme. Esa es una tendencia global, de acuerdo con el nuevo informe del SIPRI.
Gracias al tratado START de reducción de armas estratégicas, sellado entre Estados Unidos y Rusia, cada vez hay menos armas de exterminio masivo en el mundo. Así lo indica el nuevo informe del Instituto de Estudios para la Paz, SIPRI, con sede en Estocolmo.
Sin embargo, el hecho de que ambas superpotencias se atengan al acuerdo y reduzcan el número de sus cabezas atómicas no es necesariamente una prueba de desarme real. “Muchas de las cabezas nucleares que se destruyen o desactivan son antiguas y están obsoletas; son, por así decirlo, herencia de la Guerra Fría”, indica Kile Shannon, una de las autoras del nuevo informe del SIPRI. Y acota que, “en cuanto a la potencia operativa, la reducción es más bien modesta”.
Esperanzas defraudadas
Quien haya creído que el nuevo START, que entró en vigor en 2011, convertiría al mundo en un tiempo previsible en zona libre de armas nucleares, pecó a todas luces de excesivo optimismo.
“Todo esto resulta decepcionante”, opina Anette Schaper, experta en control de armamento de la Fundación de Hesse para el Estudio de Conflictos, con sede en Fráncfort del Meno. A su juicio, ello obedece sobre todo a las aún complejas relaciones entre Estados Unidos y Rusia. “Se debería haber tomado más en cuenta a Rusia en el Consejo OTAN-Rusia”, estima.
La experta germana se siente también decepcionada por el hecho de que siga habiendo armas nucleares emplazadas en Alemania, cosa que califica de “anacronismo”.
Gigantes y enanos atómicos
Rusia y Estados Unidos poseen la mayor parte de los arsenales atómicos existentes en el mundo: más del 90 por ciento. Pero también potencias nucleares menores parecen sumarse a la tendencia de modernizar sus armas, según el nuevo informe del SIPRI.
Francia y Gran Bretaña trabajan ya en la modernización de sus sistemas armamentísticos nucleares, o están en fase de planificación, de acuerdo con Kile Shannon. Lo que está claro, a su juicio, es que ninguno de los dos países desistirá totalmente de las armas atómicas en un plazo previsible.
Por su parte, “China parece llevar a cabo un programa de modernización de largo plazo, pero éste se centra más bien en una mejora cualitativa y no en una expansión cuantitativa del programa nuclear”, apunta Shannon.
El rearme de India y Pakistán
Más inquietante es, a su juicio, la evolución registrada en dos potencias nucleares más pequeñas. “Sabemos que India y Pakistán aumentan tanto el volumen como la calidad de sus arsenales nucleares”, indica Shannon.
Especialmente le preocupa que los arsenales atómicos de ambos países asiáticos estén operativos con mayor rapidez y puedan ser utilizados contra tropas convencionales. También Anette Schaper estima que la espiral armamentista ha adquirido una dinámica propia en ambos países. “Pakistán se siente permanentemente amenazado por India”, explica, acotando que “India, por su parte, mira más bien hacia China”.
Corea del Norte, la gran incógnita
Corea del Norte, la potencia atómica más pequeña, es un caso aparte: “Se trata de un país aislado, que solo logra la estabilidad interna remitiéndose a presuntas amenazas externas”, opina Schaper.
No obstante, parece claro que el país mejora desde hace años la calidad de sus armas nucleares. De acuerdo con el informe del SIPRI, antiguamente los expertos partían de la base de que Pyongyang contaba con “cabezas nucleares primitivas”. Hoy, en cambio, la mayoría estima que Corea del Norte dispone de armas nucleares operativas, señala Kile Shannon.
Las armas secretas de Israel
También Israel dispone aún de armas atómicas, según Shannon. Aunque el país nunca ha admitido poseerlas, el experto lo considera “un secreto a voces”. El volumen del programa nuclear israelí parece mantenerse estable, pero, a juicio del especialista del SIPRI, “Israel está a la espera de lo que ocurra en Irán. Si Teherán desarrolla armas atómicas, eso podría tener influencia en el arsenal nuclear israelí”.
En término generales, en los años pasados se han destruido muchas armas nucleares: si en la época de la Guerra Fría existían casi 60.000 unidades, hoy su número es de solo aproximadamente 16.000, de acuerdo con los datos del SIPRI. Pero Shannon tiene claro que “todavía son inmensamente muchas”.
(Fuente: Deutsche Welle )