Síguenos en Facebook



FOTOS. Las fuerzas armadas de la región autónoma del Kurdistán iraquí, los “peshmergas”, que lanzaron hoy una gran ofensiva para recuperar Mosul de manos del Estado Islámico (EI, ISIS o Daesh), cuentan con un largo historial de lucha para defender a su pueblo de múltiples tiranías, desde Sadam Husein al grupo yihadista.

Los peshmergas (“los que se enfrentan a la muerte” en lengua kurda) surgieron con el independentismo kurdo a inicios del siglo XX y ahora vuelven a dar pruebas de valentía en su última batalla, la que libran para detener el avance del califato autoproclamado por ISIS en zonas de Irak y Siria.

Pese a la lucha desigual, algo habitual para este pueblo guerrero, los combatientes kurdos, con escaso y antiguo armamento, han mantenido a raya en los últimos dos años a los miembros del grupo terrorista más rico del mundo, que cuenta con tecnología punta.

La lucha contra ISIS es la última de una gran lista de batallas protagonizadas por los kurdos desde la caída del Imperio Otomano, aunque oficialmente el término peshmerga, acuñado por el escritor y político Ibrahim Ahmad, no fue utilizado hasta 1946.

Así se denominaron los miembros del Ejército de la República de Mahabad, la fugaz y única experiencia de Estado kurdo que, bajo la protección soviética, duró menos de un año en el noroeste de Irán bajo la dirección de Qazi Muhamad.

Sin embargo, el primer jefe de los peshmergas se remonta a los años 20 del siglo pasado, cuando tuvieron lugar las revueltas contra los británicos de la mano del jeque Mahmud, uno de los más importantes líderes del pueblo kurdo y uno de sus mayores héroes.

Sus éxitos militares obligaron a reconocer la autonomía kurda y el jeque Mahmud fue nombrado en 1922 primer rey del Kurdistán bajo el mandato británico, aunque la tranquilidad duró poco más de un año, pues todo cambió en 1923 con la llegada de la monarquía árabe a Irak.

Uno de los seguidores del jeque era el joven Mustafa Barzani, considerado líder indiscutible del nacionalismo kurdo y comandante en jefe de los peshmergas en Mahabad.

Tras la efímera experiencia de esa república, los peshmergas se agruparon en varias organizaciones rebeldes para luchar durante décadas contra los gobiernos de Irán e Irak, donde Barzani lideró a los combatientes a través del Partido Democrático del Kurdistán (PDK).

La creación en 1975 por el expresidente iraquí y antiguo peshmerga Yalal Talabani de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), una escisión a la izquierda del PDK, marcó el comienzo de una serie de desacuerdos entre kurdos que llegaron a su punto álgido con la guerra fratricida entre los combatientes de ambas formaciones en la década de los 90.

Pero su peor batalla, al menos hasta hoy, comenzó con la llegada al poder en Irak de Sadam Husein, un tirano que se convirtió en el primer gobernante en atacar con gas químico a su propio pueblo.

Las montañas fueron una vez más las mejores aliadas de los peshmergas, que pese a sus escasos medios y sus rudimentarias técnicas guerrilleras, nunca cayeron ante el poderoso Ejército iraquí de Sadam, uno de los más temibles de la región.

El odio del régimen llegó a su culmen con la operación Anfal (1986-1988), en la que murieron 182.000 kurdos y 5.000 aldeas fueron arrasadas. El ataque químico a la ciudad de Halabja, donde fueron asesinadas 5.000 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos en unas pocas horas, se convirtió en el símbolo del genocidio kurdo.

El 5 marzo de 1991, los kurdos se sublevaron contra Sadam y sólo unos meses después el Ejército iraquí fue expulsado definitivamente del Kurdistán y al año siguiente se convocó el Parlamento autónomo en el inicio de un camino democrático rudimentario, pero ininterrumpido.

Tras unos años de paz, a los que los antiguos combatientes se adaptaron convirtiéndose en las fuerzas armadas de la región, la aparición de ISIS ha obligado a regresar a los antiguos peshmergas.

Los niños vuelven a cantar en el colegio canciones que loan a “los que se enfrentan a la muerte”, mientras los ancianos se lamentan de que haya que luchar por la libertad, una vez más.

Fuente: EFE