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El papa Francisco les pidió a los sacerdotes que sean más misericordiosos con los católicos que se han divorciado y se han vuelto a casar por fuera de la Iglesia evitando así que se les trate como si hubiesen sido excomulgadas.
En declaraciones durante su audiencia general, el pontífice dijo que era urgente que la Iglesia desarrolle maneras de brindar una “acogida real” a los católicos que han hallado la felicidad en un segundo matrimonio luego de que el primero fracasó.
“Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia”, precisó.
El papa Francisco también aseguró que es importante que los sacerdotes reciban cordialmente a la gran cantidad de hijos de estas parejas.
“¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?. La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie”, afirmó.
El delicado tema sobre cómo los 1.200 millones de miembros de la Iglesia Católica deberían tratar a los fieles divorciados será un asunto central en una reunión mundial de obispos que tendrá lugar en octubre en el Vaticano.
La Iglesia actualmente predica que esos católicos no pueden recibir la Comunión a menos que se abstengan de tener relaciones sexuales tras divorciarse, dado que su primer matrimonio aún es válido ante los ojos de la comunidad religiosa.