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La extrabajadora de la Casa Blanca Mónica Lewinsky aseguró que se sintió utilizada por el entorno y los rivales del expresidente Bill Clinton, con quien tuvo una relación cuando este era mandatario.
Cuando la ex primera dama Hillary Clinton evalúa postular a la presidencia, Lewinsky recuerda el affaire con el exmandatario. En la próxima edición de la revista Vanity Fair se publicará un testimonio de la mujer que provocó el mayor escándalo político en Estados Unidos a finales de los 90.
Lewinsky, de 40 años, se considera el primer chivo expiatorio de la era de Internet y afirma que quiere hablar a favor de otras víctimas de humillación en medios cibernéticos. Los republicanos ya señalaron que no encuentran que el escándalo del esposo de la posible candidata demócrata esté prohibido para abordarse en diálogo político de la campaña de 2016.
Lewinsky afirma que lamenta profundamente la aventura amorosa y que se mantuvo en silencio durante varias campañas presidenciales para evitar convertirse en una distracción. Sin embargo, siente que es momento de dejar de “evitar hablar de mi pasado, y del futuro de otros. Estoy determinada a tener un final diferente para mi historia. Decidí, finalmente, colocar mi cabeza sobre el parapeto”.
“Es momento de quemar el gorro y enterrar el vestido azul”, dijo sobre sus apariciones con la ropa manchada, considerada como evidencia contra Clinton. “Ciertamente, mi jefe se aprovechó de mí, pero siempre me mantendré firme en este punto: fue una relación consensual. Cualquier abuso llegó después, cuando fui convertida en chivo expiatorio para proteger su poderoso cargo”, opinó.