Angela Merkel. (Foto: EFE)

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La canciller alemana, Angela Merkel , defendió su gestión en la crisis de refugiados en un momento en el que cada vez hay más voces críticas y recordó que Alemania es “un país fuerte” que puede hacer frente al mayor desafío desde la reunificación alemana, en una entrevista publicada hoy en el diario germano “Bild”.

“Lo vamos a lograr, porque somos un país fuerte y porque al mismo tiempo buscamos soluciones en Europa y fuera de Europa para reducir el número de refugiados que nos llegan, ocupándonos de las causas (de su huida)”, comentó en la extensa entrevista de dos páginas en el diario más vendido de Alemania.

Las dudas de que Alemania pueda hacer frente a la gran afluencia de refugiados que llegan al país y las críticas por su política de puertas abiertas le llegan desde todos los flancos: desde sus socios en el gobierno de coalición – el Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianosocial (CSU) – hasta de sus propias filas.

“Debo aceptar las críticas así como con frecuencia los éxitos se presentan como míos aunque hayan trabajado muchas personas en ellos, los problemas sin resolver se ven también como mis problemas”, indicó.

La mandataria alemana aseguró que es consciente de los miedos que entraña la crisis de refugiados entre los ciudadanos. “Las preocupaciones están ahí porque cada día llegan muchas personas. Entiendo si los ciudadanos se preguntan cuántos van a venir aún, pero ni yo ni otros pueden dar actualmente un pronóstico serio”.

Merkel insistió en que es importante no sólo gestionar “de manera ordenada” la llegada de los miles de refugiados que según el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, pueden llegar a superar el millón este año, sino en concentrarse “en buscar una solución al conflicto sirio”.

“La diplomacia de todo Occidente – pero también de los Estados árabes, Rusia y poderes regionales – no ha tenido éxito alguno en Siria. Ésta es una verdad amarga”, reconoció, aunque no está dispuesta a tirar la toalla, todo lo contrario, esforzarse más por lograr una solución política, indicó.

La gran oleada de refugiados que cruzan al continente europeo en busca de protección fue algo que les pilló de imprevisto a pesar de que millones de refugiados se encontraban ya desde hacía años en Turquía. “Un éxodo así hacia Europa como el que vivimos actualmente no fue previsible ni para mí ni para mis socios europeos”, afirmó.

Alemania se encuentra desbordada y las solicitudes de asilo se apilan en los centros, lo que obligó al país a construir cuatro centros extra que se encargarán de analizar los conocidos como “procesos antiguos”, sobre todo, el caso de las miles de personas procedentes de los Balcanes.

Merkel recordó que los que provengan de países considerados seguros no tendrán posibilidad alguna, aunque los que lleven años integrados en el país podrán tener “una perspectiva de quedarse”.

“Ahora las personas que lleguen sin perspectiva de poder quedarse serán deportadas directamente. Esto lo hace ya, por ejemplo, Baviera de manera muy consecuente”, declaró.

En este punto, la líder cristianodemócrata (CDU) insistió en que los refugiados cuyas solicitudes hayan sido rechazadas deberán abandonar rápidamente el país, “pero también es importante proteger mejor las fronteras exteriores de la UE”.

En su opinión no sólo en Libia campan a sus anchas los traficantes de personas, sino también en el Egeo entre Grecia y Turquía “los traficantes de personas hacen lo que quieren”.

A pesar del gran coste que supondrá para las arcas alemanas hacer frente a los miles de refugiados, Merkel tranquilizó al electorado al afirmar que no va a hacer ningún aumento impositivo gracias a la buena situación económica del país.

La crisis de refugiados le empieza a pasar factura a sus índices de popularidad, pero ella está tranquila: “Cada año de gobierno tiene sus propios desafíos”.

(Fuente: DPA)


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