En el Mar Pacífico Tropical se obtiene la mayor variedad y cantidad de pescados para el consumo de los peruanos | Foto: Andre Baertschi
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Por Alicia Kuroiwa
Científica asociada de Oceana Perú
La idea de tener un área protegida en el Mar Pacífico Tropical, ubicado en las regiones de Piura y Tumbes, surgió al menos hace 20 años, luego pasó a ser propuesta a mediados de los 90. Ha habido al menos cuatro diferentes iniciativas hasta que cuajó la propuesta de la Zona Reservada Mar Pacífico Tropical.
Así, en julio del 2016, los gremios de pescadores del norte del país y la sociedad civil se organizaron y recolectaron más de 123 mil firmas de ciudadanos que apoyaban la creación de la Zona Reservada del Mar Pacífico Tropical. Estas firmas se entregaron al presidente Ollanta Humala, con la esperanza que éste firme el decreto supremo que establezca esta área protegida. Pero como dice el dicho, “no se escucha Padre”. Nada pasó. Tampoco sirvió de nada cuando el ministro de la Producción de ese entonces pidió al presidente crear esta área protegida.
Con Kuczynski lo mismo, el expediente siguió pasando de mano en mano, recibiendo un sinnúmero observaciones de varios sectores, principalmente del sector hidrocarburos, sin ninguna voluntad de mejorar el expediente, sino más bien de truncar el proceso. Debido a estas observaciones, el SERNANP, con apoyo del MINAM, cambian la propuesta de Zona Reservada, que es una categoría transitoria, por una categoría definitiva, Reserva Nacional, para que no haya el halo de incertidumbre como decían algunos funcionarios.
Han pasado más de cuatro meses desde que escribí acerca de la creación del Mar Tropical de Grau y la situación no ha cambiado. La ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, declaró que espera que esta área protegida sea establecida a fines del primer trimestre de este año y, aunque aún estamos a tiempo, el establecimiento de esta Reserva Nacional sigue teniendo los mismos contratiempos que hace cuatro meses (vean el artículo de Mongabay sobre los desafíos ambientales para este año).
Las discusiones alrededor de la creación de esta importante área siguen siendo detalles biológicos sin mayor relevancia para el proceso, ¿qué tan importante es que una babosa marina se llame x o z? ¿O que hay 1324 especies en lugar de 1318? Un número preliminar, a quién le importa. Mañana vendrá un grupo de investigadores y seguirá descubriendo especies y describiendo procesos.
¿Qué necesita el Estado Peruano para que el clamor de los pescadores artesanales de la región sea escuchado? ¿Por qué los pescadores y pobladores de El Ñuro, Cabo Blanco, Cancas, Canoas de Punta Sal, La Islilla, por nombrar solo algunos, no pueden tener un área protegida en sus zonas de pesca que beneficie sus actividades? Las Áreas Marinas Protegidas ya han demostrado ser una de las mejores inversiones, ya que por cada dólar invertido en crearlas, se genera un beneficio de por lo menos tres dólares con factores como el empleo o la pesca.
¿Por qué no se reconocen de una vez por todas los intereses de los pobladores locales, que viven y dependen de los recursos naturales de estas áreas, y la voluntad de más de 120 mil ciudadanos de a pie? ¿O será que existen intereses privados de un puñado de personas que se interponen en el camino?
Finalmente, el establecimiento de un área protegida se define por voluntad política, como ya lo han demostrado países vecinos como Chile que creó el área marina protegida más grande del Pacífico Sudeste. Nunca llegaremos a tener un expediente de creación perfecto, siempre encontraremos puntos de mejora, al menos en la parte científica, pues en ciencia nadie tiene la razón, sólo hay más probabilidades que alguien tenga la razón o que no existan evidencias de que estás equivocado.
Al fin y al cabo, se seguirán haciendo investigaciones, descubrimientos y, con esa nueva información, mejorará el conocimiento de esta área. Martín Vizcarra es el tercer presidente que tiene la oportunidad de crear esta área protegida… ¿Será la vencida? Ojalá el mandatario rompa con la inercia y declare por fin la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau.
Sobre la autora
Alicia Kuroiwa es bióloga especializada en estudios de fauna, diseño y uso de herramientas en gestión de Áreas Naturales Protegidas. Ha liderado el Programa de Gestión para la Conservación en Wildlife Conservation Society. Fue investigadora asociada del Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
