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Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní activista por la educación femenina que sobrevivió a los disparos de los talibanes, salió el viernes del hospital después de recibir el alta médica.
Malala, quien fue atacada en octubre en el valle de Swat, sufriendo disparos a la cabeza y el cuello, viajó a Reino Unido para someterse a una serie de delicadas operaciones en el hospital Queen Elizabeth, informó BBC News.
Los médicos que la trataron manifestaron estar “muy contentos” por la recuperación que presentó su paciente después de las dos operaciones: una para ponerle una placa de titanio en el cráneo y otra para colocarle un implante en su oído izquierdo, a la que fue sometida el pasado fin de semana.
La adolescente ya no será sometida a más cirugías e iniciará un proceso de recuperación desde su residencia temporal en Birmingham, aunque seguirá acudiendo al hospital para someterse a chequeos.
Se espera que la familia de Malala consiga una residencia permanente en el Reino Unido. Hace un mes el gobierno de Pakistán anunció que Ziauddin Yousafzai, padre de la activista, consiguió un trabajo en el consulado paquistaní por los próximos tres años.
El sábado anunciaron la creación de un fondo, a nombre de Malala, que será usado para ayudar a proveer de educación a los jóvenes. La primera donación ayudará a que las niñas de valle de Swat puedan seguir su educación.