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El cerco policial en torno a la compra irregular de tres submarinos al grupo alemán Thyssenkrupp, que salpica al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha estrechado en los últimos días y, sumado a otras sospechas de fraude, amenaza con hundirle políticamente.
Las investigaciones del denominado Caso 3000 han avanzado con el interrogatorio policial el lunes a un exministro, cuyo nombre aún es secreto de sumario, y el día anterior al exjefe de la oficina del jefe del gobierno, David Sharán.
Además, se prevé que pronto sea también llamado a declarar el actual ministro de Energía, Yuval Steinitz, cercano colaborador de Netanyahu, que será cuestionado sobre el período en que ostentó la cartera de Asuntos Estratégicos (2013-2015), según el digital Ynet.
El conflicto de intereses que se investiga afecta a políticos y militares de alto rango, así como a personas muy cercanas a Netanyahu, como es el caso de su primo, asesor y abogado personal, David Shimrón.
Según el principal testigo, y también sospechoso, el empresario y exmilitar de la Marina israelí Mijael Ganor, el primo y abogado de Netanyahu iba a ganar millones de euros en comisiones con la compraventa, suspendida por Alemania por las acusaciones de posible corrupción.
En el momento de la firma de la compra, Ganor era el representante de la corporación alemana ThyssenKrupp y Shimrón era su abogado, y además también del primer ministro, lo que muchos consideran un claro conflicto de intereses, ya que el Gobierno tiene la última palabra para decidir la adquisición.
Además de Ganor y Shimrón, también están supuestamente involucrados varios exaltos cargos de Defensa y del Ejército, en un caso sin precedentes en la historia de Israel, donde el estamento militar no ha estado manchado por casos de corrupción de esta envergadura.
Entre los sospechosos está el excomandante de la Marina israelí Eli Marom, apodado ‘Chaini’ (por su ascendencia china), que habría convencido a ThyssenKrupp para que sustituyera a su anterior representante en Israel por Ganor, a quien le unía una vieja amistad forjada en la Marina, según el programa de investigación Hamakor (La fuente) del canal 10 de televisión.
Ganor habría sido el encargado de sobornar a los responsables de Defensa y del Ejército de hacer progresar la compra, que algunos sectores tachaban de innecesaria y de excesivamente cara.
Los esfuerzos persuasivos, al parecer tanto en palabra como en especie, eran necesarios porque existía un contrato previo de adquisición de submarinos con otra empresa, según informó a la Policía Moshe Yaalón, ministro de Defensa entre 2013 y 2016, a los informativos de canal 2 de televisión.
Yaalón declaró también que Netanyahu impulsó el trato con ThyssenKrupp presionando para que se cancelase el pacto previo y le acusó de comprar más submarinos de los que Defensa requería.
Las investigaciones sobre el Caso 3000 se han acelerado desde que el pasado julio Ganor firmó un pacto con la Fiscalía que le garantiza una condena a prisión de solo un año y el pago de una multa de unos dos millones de euros a cambio de testificar contra los demás sospechosos.
Tanto Shimrón como su primo, el primer ministro, han negado todas las acusaciones.
“Se que (Ganor y Shimrón) son gente honesta, gente con principios (…). Cuando se interroga a una persona no significa que sea culpable. Y en segundo lugar, no hay ninguna relación entre esas cosas y yo. Ellos dicen lo mismo”, declaró recientemente Netanyahu, informó el diario israelí Haaretz.
“No habrá nada porque no hay nada”, ha sido siempre su lema, tanto en este caso como en los otros tres que día a día enturbian su imagen.
Además de los submarinos, el jefe del gobierno israelí está siendo investigado en el denominado Caso 1000, por la recepción de de regalos caros a él y su familia de dos millonarios benefactores supuestamente a cambio de favores.
También le afecta el Caso 2000, en el que es sospechoso de haber procurado una cobertura informativa positiva del diario Yedioth Aharonot a cambio de perjudicar la distribución de su diario rival, el Israel Hayom, y el Caso 4000, en el que se le investiga por supuesto trato de favor al gigante de las telecomunicaciones israelí Bezeq.
(Fuente: EFE / Maya Siminovich)
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