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La polémica propuesta de ley de extradición que el Consejo Legislativo de Hong Kong leerá este miércoles en la cámara por segunda vez se ha topado con una oposición masiva, mientras que los gobiernos de aquel país y China han reiterado su intención de sacarla adelante.
Aunque los detractores ven un riesgo real de que se pueda extraditar a ciudadanos de Hong Kong a la China continental (donde rige un sistema carente de separación de poderes o de mecanismos de fiscalización), el gobierno local asegura haber incluido “salvaguardas” para casos “políticamente sensibles”.
¿Por qué se propone ahora el texto?
La actual propuesta de modificación de la Ordenanza sobre Delincuentes Fugitivos y de la Ordenanza sobre Asistencia Legal Mutua en Asuntos Penales responde a un suceso acontecido a principios del año pasado en Taiwán, país con el que Hong Kong tampoco tiene legislación de extradición.
En febrero de 2018, un hongkonés de 19 años y su novia de 20, embarazada, viajaron a Taiwán de vacaciones. El varón habría asesinado a su pareja y habría regresado a Hong Kong, desde donde no podía ser extraditado al no existir acuerdos a tal efecto.
Según el gobierno de Hong Kong, las modificaciones propuestas pretenden tapar ese tipo de vacíos legales.
¿No existen leyes de extradición entre China, Taiwán, Macao y Hong Kong?
En 1889 se promulgó la Ordenanza de Extradición, que permitía la entrega de súbditos chinos buscados por delitos cometidos en el Imperio Chino.
Esta norma establecía, petición imperial mediante, la entrega de súbditos chinos perseguidos por sus delitos en el país y refugiados en Hong Kong o barcos británicos.
Como la citada Ordenanza daba efecto a un artículo del Tratado de Tianjín de 1858 (en el que potencias extranjeras se impusieron a China en la Segunda Guerra del Opio), las autoridades imperiales dejaron de usarlo con el paso de los años: su uso equivalía al reconocimiento de un episodio histórico que China consideraba humillante.
La legislación vigente no permite la entrega entre Hong Kong y la China continental, Taiwán y Macao, ya sea mediante un acuerdo de extradición similar a los que el gobierno ha concertado con otros países, o de manera ad hoc, caso por caso, en ausencia de dicho acuerdo de entrega.
En palabras de la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam: “El objetivo de este proyecto de ley es establecer un acuerdo especial de entrega, es decir, un acuerdo caso por caso, con todas las jurisdicciones en las que Hong Kong aún no ha concertado un acuerdo a largo plazo”.
Asimismo, Lam añadió que hay más de 170 jurisdicciones a las que Hong Kong*no puede devolver a los prófugos en la actualidad, y aseguró que la ex colonia británica “no es un refugio para delincuentes”.
La administración local defiende que su propuesta de ley no tiene como objetivo específico facilitar las extradiciones a la China continental.
¿Quiénes apoyan el texto y quiénes se oponen?
Un amplio espectro social se opone fuertemente a la ley, como lo demuestra la masiva manifestación del pasado domingo en las calles de Hong Kong, cuya asistencia superó el millón de personas, según los organizadores.
Aunque la policía calcula que la asistencia rondó los 250.000 individuos, no hay duda de que la marcha fue una de las más multitudinaria desde 2003, cuando en torno a medio millón de personas protestaron contra una propuesta ley de sedición y lograron bloquear su tramitación.
Abogados, estudiantes, trabajadores de todos los ámbitos, empresarios, periodistas y activistas estaban en las calles del centro financiero el domingo durante la protesta, que registró algunos incidentes violentos.
Su presencia demostró que, si bien la lucha por ampliar las libertades parece haber fracasado, aquella por defender los derechos existentes sigue siendo fuerte.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín, “más de 800.000 hongkoneses participaron en las actividades de apoyo a la modificación” de las dos ordenanzas. Tanto el Gobierno de China como el de Hong Kong quieren seguir adelante con el proceso”.
¿Qué garantías ofrece la propuesta de ley?
El profesor de la Universidad de Hong Kong y miembro del Comité de Leyes Fundamentales Albert Chen explicó que el gobierno ha introducido una serie de “salvaguardas” para casos sensibles a nivel político.
Según Chen, Beijing “seguramente se contenga mucho a la hora de solicitar la extradición de gente involucrada en casos políticamente sensibles”.
“Bajo estos supuestos, creo que no quedan dudas de que la gente involucrada en los eventos del 4 de junio de 1989 (la masacre de Tinanamen) recibirá la protección de estos artículos y no sería extraditada aunque el gobierno central lo solicitara”, indicó.
En teoría, los tribunales locales revisarían los casos de manera individual y podrían usar poder de veto para impedir ciertas extradiciones.
Las autoridades de Hong Kong aseguran que los sospechosos acusados de crímenes religiosos y políticos no serían extraditados.
¿Qué temores existen?
“De ponerse en marcha, esta ley ampliaría la capacidad de las autoridades de la China continental de atacar a sus críticos, a los activistas en favor de los derechos humanos, periodistas o trabajadores de ONG y cualquiera en Hong Kong, tal y como hacen en su territorio”, alertó el director de Amnistía Internacional en Hong Kong, Man-Kei Tam.
Según el activista, las modificaciones propuestas “permitiría a los acusados ser entregados a un sistema judicial que no ofrece ningún tipo de protección contra persecuciones de motivo político por parte de las autoridades y está plagado de torturas y otras formas de malos tratos, confesiones forzosas y juicios injustos”.
“El gobierno no ha respondido a las preocupaciones sobre las diferencias significativas entre los sistemas de justicia judicial y penal que se practican en Hong Kong y en la China continental en términos de protección de los derechos humanos fundamentales”, afirmó el jurista Dennis Kwok, del Colegio de Abogados de Hong Kong.
Según los letrados, la tasa de condenas en los tribunales chinos alcanza el 99 % en un territorio en el que son frecuentes las detenciones arbitrarias, la tortura y la denegación de representación legal de la elección de acusado.
¿Qué poder tiene China sobre Hong Kong?
El 1 de julio de 1997, el Reino Unido devolvió la soberanía de Hong Kong a China, que se comprometió a mantener durante 50 años (hasta 2047) una serie de libertades de las que gozaban los ciudadanos hongkoneses, inimaginables en la China continental.
Así, la fórmula “un país, dos sistemas” ha permitido que Hong Kong disfrute de libertad de expresión, de reunión, de prensa libre, de internet sin censura, y de un sistema judicial con garantías.
Sin embargo, la influencia que Pekín ejerce sobre Hong Kong parece incrementarse progresivamente.
Fuente: EFE