Los niños son los más propensos a sufrir accidentes en casa y hay que saber cómo curarlos. (Foto: Pixabay)

Los niños son los más propensos a sufrir accidentes en casa y hay que saber cómo curarlos. (Foto: Pixabay)

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Las posibilidades de sufrir accidentes domésticos siempre están presentes y en esta nueva normalidad, donde se prioriza el estar saludables , usar mascarilla, lavarse las manos y procurar aislamiento, hay que tener presente que otras urgencias médicas se pueden presentar, como heridas y quemaduras, y se debe saber cómo actuar para, en la medida de lo posible, evitar acudir a un centro médico.

Las lesiones domésticas más frecuentes son las heridas menores como cortes o raspones y las quemaduras que suceden en la cocina, que en su mayoría son de primer grado.

El Dr. Oscar Medrano, asesor médico de Sulfanil, recomienda qué hacer para prevenir y abordar tempranamente estos sucesos.

Heridas menores:

Lo primero que hay que hacer es brindar tranquilidad a la persona, en especial si se trata de un niño y retirarlo de la zona donde ocurrió el accidente.

Si la herida se trata de un corte, hay que presionar la zona durante un par de minutos ininterrumpidamente para que deje de sangrar y luego proceder a lavarla con agua y jabón, desinfectar y finalmente aplicar una crema o polvo antibacteriano. Solo de persistir el sangrado, será necesario consultar con un profesional de la salud o llevarlo a un centro de salud cercano.

Si la herida es un raspón, el lavado de la zona afectada con agua y jabón, la desinfección y el uso de una crema antiséptica son fundamentales. Finalmente, en el caso de las heridas punzantes, debemos actuar de manera mixta, pues debemos detener el sangrado por un lado y por otro además desinfectar la herida. Recuerde que en todos los casos, la persona que asiste a un accidentado debe también haberse lavado las manos con agua y jabón.

Quemaduras leves:

Estas lesiones son resultado del contacto con agentes térmicos, como el agua, objetos y vapores calientes, la llama del fuego, una descarga eléctrica, entre otros. Dependiendo de la severidad del agente, el tiempo de exposición, la zona de la piel afectada y el tipo de paciente en cuestión, es que la lesión puede ser de mayor o menor grado de profundidad y/o intensidad (quemaduras grado I, II y III).

En casa, los accidentes más frecuentes incluyen quemaduras con agua caliente (al volcarse una taza de café o leche caliente), vapor caliente (al destapar una olla) o tomar contacto con una superficie caliente (de una olla o de la parrilla). En todos estos casos, guardar la calma, dar tranquilidad al accidentado y trasladarlo a un lugar seguro será lo primero que haremos. Rápidamente (y de ser el caso, sin retirar las prendas de la zona afectada) refrescar la zona con agua corriente (del caño) durante algunos minutos para reducir el daño térmico y calmar el dolor.

Luego, usar una crema especial para quemaduras que combine agentes anestésicos, para mitigar el dolor y antisépticos para reducir la posibilidad de infecciones sobre agregadas.

Nunca usar agua o compresas frías, ya que potenciarán las lesiones. Igualmente, no aplicar productos caseros no aprobados para estos casos, como el aceite, la pasta dental, sal, emplastos u cremas cosméticas disponibles en casa.