Los nuevos reyes de España. (Foto:Casa Real de España)
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Felipe VI juró hoy la Constitución y asumió el trono del Reino de España en una ceremonia austera y sobria, pero solemne, celebrada en el Congreso de los Diputados, en presencia de los parlamentarios y las principales autoridades del Estado.
Fue el presidente de la Cámara, Jesús Posada, quien tomó juramentó al nuevo rey español, el mismo que fue seguido por un largo aplauso de los asistentes.
ENLACE: Felipe VI y Letizia, los nuevos reyes de España
Acto seguido, Felipe de Borbón pronunció el primer discurso de su reinado, que inicia “con una profunda emoción por el honor que supone asumir la Corona, consciente de la responsabilidad que comporta y con la nueva esperanza en el futuro de España”.
Mirada a Iberoamérica
En poco menos de media hora, el monarca más joven de Europa hizo un llamamiento a que España asuma una presencia más activa en las relaciones internacionales. Asimismo, abogó por potenciar los lazos culturales y económicos con Iberoamérica.
Sobre los países iberoamericanos, su majestad recordó la unión a través de la “historia y los lazos muy intensos de afecto y hermandad”. De igual modo, recordó que en las últimas décadas “nos unen intereses económicos y visiones cada vez más cercanas sobre lo global”.
Felipe VI también expresó su solidaridad con quienes se han visto afectados por la crisis económica y manifestó su deseo de acercar la Corona con el pueblo español. Asimismo, pidió a las fuerzas políticas “mirar hacia adelante para seguir construyendo juntos”.
Monarquía para un tiempo nuevo
Felipe VI también se comprometió a renovar la monarquía, sacudida por escándalos en los últimos años, siendo el más grave, el caso de corrupción que protagoniza a su cuñado, Iñaki Urdangarin, y que implica a su hermana Crinstina.
“Estas son, señorías, mis convicciones sobre la Corona que, desde hoy, encarno: una monarquía renovada para un tiempo nuevo”.
Para Felipe VI, “la Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos y saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza”. En tan sentido, se debe “velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”.
