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Diariamente huyen personas de los territorios dominados por Estado Islámico . Para los extremistas se ha convertido en un problema porque nadie debería querer abandonar el califato.
La imagen horrorizó a todo el mundo. Alan, un niño de tres años, yacía en la playa de Bodrum ahogado. Durante las semanas siguientes, esa foto circuló por todo el mundo miles de veces, convirtiéndose en la imagen que describe el drama de los refugiados .
Dabiq, periódico en inglés de la organización terrorista Estado Islámico, también publicó la foto en su página de internet. Pero no para llamar la atención sobre la situación de los refugiados, sino con una intención muy distinta: una advertencia para que nadie huya del califato.
La familia de Alan procedía de la ciudad kurda de Kobane, atacada y sitiada en 2014 por los extremistas. Desde allí, los padres decidieron emprender la huida con sus hijos hacia Turquía, para después cruzar con una embarcación a Europa. Pero el bote naufragó y de la familia de Alan solo sobrevivió el padre. Y Dabiq tituló la foto del niño ahogado diciendo “El peligro de abandonar el territorio de dominio islamista”.
En el siguiente artículo, el autor trató de demostrar citando a autoridades del islam que los verdaderos musulmanes no deberían dar la espalda al autodenominado Estado Islámico. Además describe lo que les espera en occidente: drogas, alcohol y un alejamiento del islam. Pero sobre todo, argumenta el autor, los refugiados de Siria y Libia están arriesgando la vida de sus hijos. Haciendo esa advertencia, EI reconoce que hay gente que huye de ellos. Un fenómeno con el que Estado Islámico no había contado, porque sus seguidores lo consideran como un punto de encuentro para musulmanes de todo el mundo y no un lugar del que escaparse cueste lo que cueste.
En la dirección equivocada
Lo interesante de este flujo de refugiados es que solo se produce en una dirección, aclara Jürgen Todenhöfer, autor y ex diputado de la CDU que pasó diez días en Estado Islámico. “Nadie huye de las zonas dominadas por Assad hacia el califato. Los movimientos son en direccion contraria. Del califato a las regiones dominadas por el régimen sirio”, aclara.
Para los extremistas, esa es la dirección equivocada. Reviviendo el califato, dice el artículo de Dabiq, los musulmanes solo deberían escapar hacia Estado Islámico y no huir de él hacia territorios alauitas, chitas, Europa o América. Abandonar este territorio dominado por el islam es un pecado grave y peligroso, continúa el autor que no desvela su nombre.
Millones de refugiados
Actualmente, nadie sabe cuántas personas abandonaron las regiones dominadas por ISIS. Según el Alto Comisionado para Refugiados de Naciones Unidas, solamente en Siria están huyendo ocho millones de personas. Otros cuatro millones ya consiguieron escapar a países vecinos.
Para ISIS es una catástrofe el hecho de que, además de Siria, también quieran escapar a Europa, cree Todenhöfer: “El Estado Islámico se cree el centro del mundo, los extremistas fundan el califato y comienzan a escaparse millones de personas”, continúa.
Para Todenhöfer, Estado Islámico tiene un problema de legitimación. No sólo en Siria. También en Irak, en la ciudad de Mosul, antes de que llegasen los extremistas vivían dos millones de personas. Ahora cientos de miles han huido y “para EI es un fracaso”, dice el autor. Pero los extremistas ni siquiera han cambiado su estrategia. En el artículo, el autor ni siquiera menciona las razones por las que los musulmanes abandonan los territorios. Pero Estado Islámico no ha podido ignorar en sus medios de propaganda que los refugiados están huyendo del califato. Probablemente por que son demasiados.
(Fuente: Deutsche Welle )