Nigel Farage. (Foto: EFE)

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Nigel Farage, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) que pide la salida de la Unión Europea (UE), busca este jueves 7 de mayo entrar por primera vez en el Parlamento británico con una retórica eurófoba y contraria a la inmigración.

Con su sonrisa casi sarcástica y sin pelos en la lengua para criticar la presencia de extranjeros o la burocracia europea, Farage es centro de atención de la campaña electoral, pues aspira a aumentar los dos escaños que tenía en la última legislatura.

Su continuo discurso antieuropeo le ha ayudado a sumar apoyos entre los británicos, según los sondeos, que sitúan a su formación en tercer lugar, después de conservadores y laboristas.

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En su plataforma electoral, el UKIP afirma que es la única formación que es sincera sobre la inmigración y que trabajará para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Farage, eurodiputado desde 1999 y que es candidato en estos comicios por la circunscripción de Thanet South, en el sureste de Inglaterra, defiende que la forma de “romper” la UE es desde dentro.

También afirma que la pequeña empresa británica está sufriendo por la carga legislativa y las regulaciones comunitarias.

Nacido el 3 de abril de 1964, Farage fue militante del Partido Conservador hasta que John Major, el primer ministro “tory” entre 1990-1997, decidió firmar el Tratado de Maastricht en 1992, que establecía una mayor integración europea.

Esa firma provocó una fisura en la formación conservadora, entre los más pragmáticos y los que estaban a la derecha del partido, más bien “thatcherianos” y euroescépticos hasta la médula.

Este descontento llevó a Farage a formar en 1993 lo que es hoy el UKIP, un partido de ideología neoliberal y populista, que no quiere esperar a 2017 para celebrar el tan prometido referéndum del primer ministro británico, el conservador David Cameron, sobre la pertenencia o salida del país de la UE.

Con sus exabruptos sobre los inmigrantes y sus comentarios despectivos hacia los rumanos, Farage, que está casado con una ciudadana alemana, se ha convertido en una figura polémica, calificado a veces de racista y fascista.

A medida que este político aumentaba sus ataques contra la UE y los inmigrantes, el UKIP sumaba puntos y Cameron veía cómo muchos de sus tradicionales votantes cruzaban al terreno de Farage.

Defensor de la libertad individual, Farage es partidario de una escasa intervención del Estado, los impuestos bajos y la libertad económica, y contrario a la burocracia comunitaria.

Durante la campaña electoral, Farage presentó su manifiesto con la principal promesa de “liberar” el Reino Unido con un referéndum que posibilite la salida de la UE lo antes posible.

También propuso restringir la inmigración a unas 30.000 personas al año – de más de 200.000 actualmente – y limitar el acceso de los inmigrantes a las prestaciones sociales.

Además, Farage quiere ahorrar 32.000 millones de libras (unos 44.200 millones de euros) en la próxima legislatura reduciendo la ayuda exterior y las contribuciones a Escocia y la UE, y eliminando proyectos como un tren de alta velocidad nacional.

Sus críticas contra los extranjeros y Europa le llevaron a meter la pata en más de alguna ocasión, como cuando dijo que estaría preocupado si tuviera a rumanos como vecinos.

Pero en sus filas también hay seguidores que han mostrado su descontento por la orientación del UKIP, como ha sido el caso de la joven de 21 años Sanya-Jeet Thandi, hija de inmigrantes indios, que trabajaba para el grupo juvenil de ese partido.

Thandi dejó la formación de Farage por considerar que apoya una campaña “racista” que resulta “aterradora”.

(Fuente: EFE)