La pobreza se redujo de 60% a 45%. (Facebook de Evo Morales)
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En víspera a las elecciones del domingo 12 y con más de 40 puntos de ventaja sobre su escolta, el presidente de Bolivia, Evo Morales, es un seguro ganador de la tercera reelección en el cargo.
El mandatario y su socialismo originario, que ha reducido los índices de la pobreza y logrado los mejores indicadores económicos en décadas, continuará desafiando a Washington. Sus cuatro rivales, con escasas posibilidades, son el empresario Samuel Doria, el expresidente Jorge Quiroga, el exalcalde de La Paz Juan del Granado y el líder indígena Fernando Vargas.
“Le vamos a dar un mazazo a los imperialistas, a los neoliberales, a los vendepatrias y a los separatistas”, exprsó el exsindicalista cocalero de 54 años en su multitudinario cierre de campaña cerca de La Paz.
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Morales busca batir su marca electoral de los comicios pasados, cuando venció con el 64% de los votos, y renovar su mayoría de dos tercios en la Asamblea Plurinacional para mantener su influencia legislativa.
Para este tercer mandato, que ha prometido será el último, los observadores esperan que siga empujando su agenda política y social de los últimos años, pero ven riesgos de nuevas nacionalizaciones que aumenten la presencia del Estado en sectores estratégicos y de una mayor regulación a los privados.
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Bolivia se ha ganado los elogios de Wall Street por el crecimiento económico sostenido, el aumento de las reservas internacionales y tener la mayor tasa de inversión extranjera de Sudamérica en relación al tamaño de la economía.
La reducción de la tasa de pobreza ha sido desde casi el 60% de la población al 45%, el salario mínimo se incrementó en 20% y los planes sociales de ayuda a madres solteras, ancianos y niños son factores por los que el presidente goza de la aprobación mayoritaria.
