Imagen referencial de elecciones en Argentina. (Foto: EFE)

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A falta de menos de una semana para las elecciones presidenciales en Argentina, que se prevén muy ajustadas y con la puerta abierta a una segunda vuelta, los partidos políticos ultiman sus estrategias para vigilar la votación, con el cuestionado sistema electoral argentino en el ojo del huracán.

Con el antecedente de varios comicios provinciales salpicados por denuncias de fraude e irregularidades, los sondeos no descartan un triunfo del candidato oficialista, Daniel Scioli, en primera vuelta, pero tampoco la posibilidad de una segunda ronda por un estrecho margen.

Para evitarla, Scioli, favorito según las encuestas, debe obtener el 45 % de los votos o bien un 40 % de los sufragios con 10 puntos de ventaja sobre el segundo candidato más votado.

Ante el panorama de incertidumbre, tanto las autoridades electorales como los partidos políticos, en especial la oposición, intensifican el trabajo para minimizar errores en la elección del próximo domingo que puedan enturbiar el proceso y desembocar en procesos judiciales que complicarían la proclamación del sucesor de Cristina Fernández.

Desde la coalición Cambiemos, que lidera el conservador Mauricio Macri, segundo según las encuestas, los esfuerzos se centran en aumentar la cantidad de fiscales partidarios que controlen las mesas electorales, señalaron hoy a Efe analistas como Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico político.

Lo mismo han hecho desde la alianza Unidos por una Nueva Alternativa (Una), del peronista disidente Sergio Massa, que en las últimas semanas ha recortado distancias a Macri.

Fuentes de la campaña de Massa apuntaron a Efe que Una pedirá “apertura de urnas” en todos los casos que arrojen dudas y advierten que se interpondrán denuncias si se detectan irregularidades.

Para ello, el bloque liderado por Massa tiene ya preparado un equipo de 170 abogados.

Desde el oficialismo, sin embargo, se muestran más confiados y aseguran que no hay “preocupación por anomalías” y que el esquema de fiscalización será el mismo que en las elecciones primarias del pasado 9 de agosto, según apuntaron a Efe fuentes de la campaña de Scioli.

Los primeros datos de la jornada del próximo domingo en Argentina se conocerán cerca de la medianoche y la Justicia electoral ha pedido a los candidatos que no se precipiten para proclamar vencedores o perdedores.

“Es una característica de Scioli, la moderación, la prudencia”, responden respecto a la petición desde la campaña oficialista.

Además, para tener resultados definitivos habrá que esperar al menos una semana ya que, tras el recuento provisional de la noche electoral, será la Justicia electoral la encargada de repasar el escrutinio antes de proclamar un vencedor o convocar a una segunda vuelta.

“La noche electoral vamos a tener, como toda la vida, resultados. Y resultados que van a ser suficientemente exactos como para tener casi certezas políticas respecto de la elección del presidente y del balotaje o no balotaje (segunda vuelta)”, dijo hoy el titular de la Dirección Nacional Electoral, Alejandro Tullio, en declaraciones a radio Continental.

“Pero los resultados oficiales no son los del escrutinio provisional, son los del escrutinio definitivo que practica la Justicia Electoral”, puntualizó.

Según el director electoral, con un margen del “0,5 o 0,6” puntos, sobre cualquiera de esas fronteras, en los resultados provisionales del recuento que se haga el mismo día de los comicios “comenzamos a tener un estado de seguridad” y con “más del 1 % es lo que llamamos zona de confort”.

Los analistas señalan que Argentina no conocía un escenario con tanta incertidumbre desde “el retorno a la democracia”, en 1983, en palabras de Giusto.

“Llegamos a esta elección con un umbral de indecisos que no baja del 15 %. Esto es altísimo teniendo en cuenta que es una elección presidencial. Las elecciones presidenciales tienden a que la gente afirme más su posición, se involucre más. Sin embargo, estamos hablando de una porción muy importante de la gente que todavía no sabe qué va a votar”, detalló el analista.

“Esa gente, esos cientos de miles de indecisos, van a definir si el 25 de octubre Argentina tiene nuevo presidente o si hay que esperar al balotaje”, continuó.

Más de 32 millones de argentinos están convocados a las urnas el domingo para elegir presidente, renovar los gobiernos de once provincias, parte de la Cámara de Diputados y el Senado y, por primera vez, a los legisladores del Parlamento de Mercosur.

(Fuente: EFE)


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Posted by La Prensa on Lunes, 19 de octubre de 2015