Donald Trump suele abordar la situación de Venezuela en sus conversaciones telefónicas con mandatarios sudamericanos (EFE)

Donald Trump suele abordar la situación de Venezuela en sus conversaciones telefónicas con mandatarios sudamericanos (EFE)

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abordó la situación de los derechos humanos en Venezuela durante una charla telefónica con el presidente de Brasil, Michel Temer, y se espera que haga lo mismo hoy con su homóloga chilena, Michelle Bachelet.

Trump, que este fin de semana se halla en Mar-a-Lago, su residencia invernal en el sur de Florida, tiene previsto esta tarde hablar por teléfono con la presidenta chilena, en una conversación en la que el tema de Venezuela figuraría en la charla.

Según un comunicado de la Casa Blanca, en una “larga y muy fructífera” charla que tuvo este sábado con el presidente brasileño, Trump enfatizó la importancia de la relación bilateral con este país, un “socio clave en el Hemisferio Occidental”.

“Los líderes también discutieron la importancia de fomentar el respeto a los derechos democráticos y humanitarios en Venezuela”, señala la nota, en la que se destaca que Trump acordó trabajar en conjunto con el presidente de ese país “para promover el crecimiento económico en Brasil y Estados Unidos”.

Tal como señaló Temer en su cuenta de Twitter, el presidente estadounidense le extendió una invitación para que visite Washington en un futuro próximo.

Trump, que volverá a Washington esta tarde, divide sus jornadas en Palm Beach entre Mar-a-Lago, que es a la vez un club social, y sesiones matutinas en el Trump International Golf Club, en donde además de jugar algunos hoyos sostiene reuniones y llamadas con altos asesores.

Este fin de semana, tras cancelar una reunión que tenía prevista la noche del viernes con empresarios y médicos para discutir la atención sanitaria a los veteranos, el presidente pasó el sábado atendiendo cuestiones relacionadas a los veteranos y militares, según la Casa Blanca.

Precisamente, en la propuesta de presupuesto para 2018 difundido esta semana por el ejecutivo figura un aumento del 6 % para los veteranos, además de subidas para Defensa y Seguridad Nacional.

En Palm Beach, como acostumbra cada fin de semana, Trump y su comitiva arribaron hoy poco después de las 08.30 horas (12.30 GMT) al club de golf, en donde mantuvo reuniones y llamadas telefónicas, de acuerdo a la Casa Blanca.

Pasada las 12 del mediodía (16.00 GMT), el convoy de autos abandonó el club de golf con dirección a Mar-a-Lago.

De acuerdo al pool de periodistas que acompaña al presidente, la comitiva se detuvo en el puente que conecta a Mar-a-Lago, en donde un par de decenas de seguidores saludaron a Trump con banderas y gorras con el eslogan de campaña “Make America Great Again”.

Tras la llamada que sostendrá con Bachelet, Trump volará con dirección a Washington sobre las 4 de la tarde, hora local (20.00 GMT).

La noche del sábado, Trump y su esposa Melania sostuvieron en Mar-a-Lago una cena con el presidente de Marvel, Isaac “Ike” Perlmutter, además del secretario de Comercio, Wilbur Ross, y a la que se habría sumado luego el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.

Precisamente, el vicepresidente sostuvo el sábado un encuentro con empresarios en Jacksonville, al norte de Florida, en donde aprovechó para hacer campaña a favor del nuevo plan de salud propuesto por el Partido Republicano, el cual derogará y reemplazará la ley sanitaria del expresidente Barack Obama (2009-2017).

“La pesadilla de Obamacare está a punto de terminar”, manifestó Pence en un discurso que ofreció en la fábrica papelera Mac Papers, en la que pidió unión por la propuesta de ley que tendrá su primera votación importante la semana entrante, sin que la bancada republicana haya alcanzado todavía un acuerdo firme sobre el texto.

Pence asistió esta mañana a un oficio religioso en Coral Springs, al noroeste de Miami, en una iglesia local en donde sostuvo una charla informal de unos 20 minutos con el reverendo David Hughes, tras lo cual voló rumbo a Washinton.

En el que es su quinto fin de semana en Florida, de los 8 en total que lleva en la Presidencia, las visitas de Trump a este enclave turístico vuelve a sumir en quebraderos a las autoridades locales por los gastos extras que supone la presencia del mandatario.

Medios como CNN han reportado este fin de semana que la alcaldesa de esta localidad, Paulette Burdick, baraja la posibilidad de una subida de impuestos para hacer frente a los costes, reflejado en horas extras para personal de seguridad, que representan las estancias del presidente y su familia en Palm Beach.

Según el medio digital Huffington Post, cada visita que el presidente realiza al sur de Florida tiene un coste total de 3 millones de dólares, que salen del bolsillo de los contribuyentes.

El medio agregó que hasta el momento, los cinco fines de semana del presidente en el condado de Palm Beach, donde se asienta Mar-a-Lago, ha significado una factura de un millón de dólares para las autoridades locales, las cuales esperan el gobierno federal o el propio Trump reembolse.

A comienzos de esta semana, medios estadounidenses dieron a conocer que Trump planea recibir en abril próximo a su homólogo chino, Xi Jinping, en el complejo Mar-a-Lago, a la que llama la “Casa Blanca del Sur”.

EFE