Lo más importante es que el niño ponga en marcha su imaginación y no se le limite a la hora de disfrutar. (Foto: Pixabay)
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Estimular la imaginación de los niños es una tarea que muchas madres se trazan a diario para así ayudarlos también a desarrollar nuevas capacidades y talentos. Los expertos recomiendan que los pequeños tengan una serie de actividades en casa fuera de las escolares para así romper la rutina y enriquecer sus habilidades.
Por medio del dibujo, pintura, diseño, escuchar música clásica o cualquier otro tipo de arte pueden expresar sus emociones. Y es que dejarlos que dibujen y darles la libertad para colorear según su imaginación, es una buena manera de estimular la creatividad en los primeros años.
Música para fomentar la inteligencia emocional
La música, en especial la clásica, puede servir como un elemento muy importante para el desarrollo de los niños. Las sensaciones que aporta permiten que descubran el mundo que los rodea, desarrollen sus sentidos y pensamientos.
Además, esta práctica les dará seguridad emocional, estimulación en la etapa de alfabetización para mejorar su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra, así como mejorar su capacidad de concentración y potenciar su memoria.
Jorge Santillán, Director de la Editorial PRUNI, a raíz del lanzamiento de la colección de cuentos ilustrados “Música para Niños”, explica que la música clásica también influye en los más pequeños motivando su expresión corporal. “Utilizan nuevos recursos al adaptar su movimiento corporal a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo”, agregó.
Desarrollando la creatividad
Si bien el estímulo oportuno de la capacidad musical en la primera infancia motiva en el niño el desarrollo de habilidades motrices y también incentiva la creatividad, ¿cómo sacar el artista que llevan dentro? En los más pequeños es vital introducir los sonidos, significado de palabras y desarrollar su memoria, recordando siempre que si hay emoción en lo que hacen, se garantizará el aprendizaje.
Su imaginación los llevará a recorrer nuevos mundos e iniciar una aventura sin igual con cada tarea que realicen, como por ejemplo dibujar. Los primeros garabatos lo ayudan a expresar sus sentimientos, desarrollar la psicomotricidad y la inteligencia.
Es importante que las madres sepan que no se les debe limitar a la hora de crear, por el contrario, hay que fomentar la generación de nuevas ideas. Esto lo explica Andrea Gutarra, product manager de Colloky.
La marca ha presentado unas zapatillas blancas para pintar que son el must-have de su nueva propuesta. Vienen con plumones para que los niños pinten y borren las veces que quieran. “Esta colección está enfocada en su día a día. Cuenta con prendas lúdicas, donde podrán expresar su creatividad a través de la pintura, ya que tendrán la posibilidad de colorear sus zapatillas como más les guste”, indicó.
Otra forma de desarrollar aún más la imaginación de los niños es mediante el uso de la Arena Mágica, un juego con textura suave y fácil de moldear, no es tóxico y es fácil de limpiar. El divertido juego de Faber-Castell viene en colores básicos y con Glitter, además incluye moldes para crear diversas figuras.
La marca también tiene sets para colorear y plastilinas jumbo glitter que estimulan la motricidad y que permiten la participación activa de los padres de familia en el proceso de aprendizaje de los niños a través de una experiencia entretenida, creativa y educativa.
Contribuir a su desarrollo cognitivo y motriz a través de la estimulación de la imaginación también se puede lograr con juguetes como las masas para moldear Mallo de Wish Trade. Con ellas, los niños podrán crear simpáticas figuras en forma de animales, plantas y hasta coloridos cupcakes. También los se puede incentivar la protección del medio ambiente a través de los Terrarios, un kit para hacer crecer sus propias plantas y árboles con la ayuda de polvo de slime.
En conclusión, las artes plásticas en general permiten expresar los sentimientos, ideas y enriquecer la capacidad de observación y por ende la creatividad. Estas no deben faltar en la primera infancia.
