Síguenos en Facebook
Este domingo se cumple un año desde que el crucero de lujo Costa Concordia, con 4.200 tripulantes, chocó contra una roca al acercarse demasiado a la isla italiana de Giglo, en el mar Mediterráneo, y provocó una tragedia que cobró la vida de 32 personas, informó BBC.
Entre las víctimas se contaron dos peruanos: Érika Fani Soria Molina (25) que trabajaba de camarera en el crucero de lujo y Tomás Alberto Costilla Mendoza, de 50 años.
La Fiscalía indicó que tiene a ocho posibles acusados, entre ellos al capitán Francesco Schetinno, que abandonó rápidamente el barco después del accidente, el timonel Jacob Rusli Bin y los representantes de Costa Crociere.
Ahora se abre el plazo para que puedan declarar sobre lo ocurrido, pero pueden pasar varios meses para que se realice una acusación y se establezca la fecha del inicio del juicio.
El coloso de 290 metros de altura, que sigue encallado frente a la costa de la pequeña isla mediterránea, se convirtió en un atractivo turístico. La acción de rescate del barco, a cargo de la empresa estadounidense Titan Salvage, es considerada uno de los más caras y complicadas de la historia.
Si bien algunos de los afectados han aceptado la oferta de indemnización general de la compañía genovesa, otros esperan sacarle más dinero en los tribunales.