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Durante el verano, muchos se preocupan por disfrutar del sol, la playa o piscina, pero muy pocos en cómo proteger sus ojos de las enfermedades oculares, como la conjuntivitis, muy común en esta época del año.
El cloro de las piscinas o el agua salada se convierten en enemigos de adultos y niños, pues es irritante para los ojos y se convierte también un vehículo de transmisión de infecciones oculares.
La conjuntivitis es una inflamación de la membrana que cubre el interior de los párpados y la zona posterior del ojo y se divide en dos tipos: la viral, con una duración de 7 a 14 días y que se caracteriza por el enrojecimiento de los ojos, lagrimeo y presencia de legaña blanquecina; y la bacteriana, que suele presentarse con inflamación y presencia de legaña amarillenta o verdosa.
Este problema se presenta tanto en niños como adultos con los siguientes síntomas:
- Enrojecimiento y lagrimeo del ojo.
- Sensación de ardor en los párpados.
- Sensación de un cuerpo extraño en el ojo.
- Molestias, dolor, insomnio.
Ante la presencia de síntomas, lo más recomendable es acudir al oftalmólogo y con los cuidados del caso garantizará una buena salud ocular.
Prevenir la conjuntivitis en verano no es complicado, solo sigue las siguientes recomendaciones:
- Cambia las fundas de las almohadas con frecuencia.
- Lávate las manos continuamente pues los pasamanos de los buses, escaleras, las paredes de ascensores y oficinas, manijas de puertas, mouses y teclados alojan muchos virus y bacterias.
- Protege tus ojos de la luz del sol, el cloro de las piscinas y otros agentes medioambientales que pueden irritar la conjuntiva. Es recomendable usar lentes de sol y/o lentes de natación si vas a nadar en playas o piscinas.
- No compartas prendas de uso personal como toallas o pañuelos a menos que estos sean desechables.
- No te toques los ojos. Si te pican usa un papel descartable o el dorso de la mano (que no está en contacto con las cosas). De otro modo, lávate bien las manos primero.