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Cecilio Pérez Valencia es su nombre. Se trata del tristemente célebre ‘Chicote’, sujeto que atentó – felizmente sin éxito – contra la vida del alcalde de San Juan de Miraflores, Adolfo Ocampo Vargas.
Vestido con un uniforme estilo militar y un sobrero estilo ‘Western’, el referido sujeto se llamaba a sí mismo ‘El castigador’.
Renegaba usualmente de la corrupción y fue esa su bandera en la pasada campaña municipal, donde participó sin mucho éxito.
Lo cierto es que Pérez Valencia pudo haber acabado con la vida de actual burgomaestre de San Juan. No lo logró, pero sí hirió a dos inocentes.
Mayely Elizabeth Pardo Meza, trabajadora del Jurado Nacional de Elecciones, sufrió un impacto de bala en su ingle izquierda, que felizmente no comprometió arterias ni venas.
En varios videos captados por la prensa, el también excandidato al Congreso en el año 2011 no tenía reparos en mostrar su arma. “Es de defensa personal, yo solo uso el chicote para los corruptos”, indicaba.
Esta será la primera noche que Pérez Valencia pasará en un frío cuarto de la Dirección de Criminalísticas de la Policía Nacional del Perú. Su aventura podría costarle muy caro.