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El Servicio Secreto de Estados Unidos revalúa las medidas de seguridad de la Casa Blanca mientras llueven las críticas y se piden explicaciones de cómo pudo un hombre que portaba una navaja saltarse la cerca que rodea la mansión y correr más de 60 metros antes de ser detenido.
“Esto es total y completamente inaceptable ¿Qué tan seguro está el presidente si esto puede pasar?”, se preguntó el presidente de una subcomisión de la Cámara Baja, Jason Chaffetz.
El intruso, identificado como Omar J. González, de 42 años y con residencia en Texas, alcanzó a llegar a las puertas del pórtico norte de la Casa Blanca, las cuales abrió antes de ser detenido en el vestíbulo. Estuvo muy cerca de las escalinatas que suben hacia la residencia de la familia presidencial, aunque esta no se encontraba allí en el momento del incidente.
González, quien estuvo de servicio en tres ocasiones en Irak posiblemente como francotirador, llevaba en sus bolsillos un cuchillo Spyderco VG-10 plegable de tres pulgadas y media, de hoja serrada.
Por alguna razón desconocida, los perros de ataque que se sueltan en caso de no poder alcanzar a los intrusos, no fueron soltados.
El Servicio Secreto tiene como política no disparar a los intrusos a menos que lleven ropas holgadas, mochilas o alguna otra indicación de que puedan llevar una bomba.
La Casa Blanca emitió el sábado una declaración en la que apoya el trabajo del Servicio Secreto. “El presidente tiene toda la confianza en el Servicio Secreto y está agradecido de los hombres y mujeres que diariamente lo protegen a él, a su familia y a la Casa Blanca”, dice el comunicado.
Fuente: Voz de América