Nuevas soluciones para la salud y la alimentación llegan desde el mar
VIDEO | Algas, espinas o membranas de peces se están llevando del mar al laboratorio para crear prótesis, componentes de medicamentos, cosméticos o complementos alimenticios, en el ámbito de un proyecto europeo en la península ibérica.
Con el fin de explorar si los subproductos de origen marino podrían tener impacto en el desarrollo de la industria farmacéutica, de la industria alimentaria y de la medicina regenerativa del Norte de Portugal y de Galicia, surgió el proyecto CVMar+i.
Iniciado en junio de 2017, este proyecto ibérico, que integra el Programa de Cooperación Interreg V-A España-Portugal (Poctep), tiene como principal misión el aprovechamiento de los recursos marinos para sacar partido de compuestos que, actualmente, representan “posibilidades inagotables por descubrir”.
Quien lo afirma es Tiago Silva, uno de los diez investigadores que integran el equipo del 3B’s Research Group de la Universidad del Minho, entidad que coordina este proyecto con ambición de tener “impacto en la economía real” y “ayudar a desarrollar socioeconómicamente” la región transfronteriza.
“La idea es que tengamos colaboraciones tanto entre los grupos portugueses y españoles como entre la academia y el tejido empresarial, sin que haya distinción de geografía o de áreas de negocio y de trabajo”, dijo, adelantando que el objetivo pasa también por “fortalecer las empresas y promover la aparición de nuevas que puedan explotar nuevas áreas de negocio”.
El CVMar+i, con una financiación de 3,2 millones de euros, es, según Silva, el resultado de la maduración de las líneas de investigación que han sido desarrolladas dentro de esta temática desde 2006 por varios socios ibéricos, desde centros de investigación hasta universidades y empresas.
En total, son 17 los socios involucrados en esta colaboración transfronteriza, que busca el desarrollo de 11 líneas de investigación en áreas tan distintas como la medicina regenerativa, la industria alimentaria y la industria cosmética.
De acuerdo con Silva, el 3B’s Research Group está trabajando en tres líneas de investigación ligadas a la medicina regenerativa: en la creación de estructuras tridimensionales que pueden llegar a ser “la nueva generación de prótesis vivas”, en el aprovechamiento de polisacáridos de algas que pueden ser utilizados en piensos para encapsular células (medicamentos) y en la verificación de compuestos de algas que pueden tener actividad anticancerígena.
Es en esta última línea de investigación donde surge la colaboración con el Centro Interdisciplinar de Investigación Marina (CIIMAR) de la Universidad del Oporto, la entidad responsable para cultivar, extraer y aislar los compuestos de las microalgas y cianobacterias para ayudar en la “lucha contra el cáncer”.
Según el presidente del CIIMAR, Vitor Vasconcelos, ya son “prometedores” los resultados obtenidos y esperan lograr “un nuevo producto desarrollado a partir de microorganismos”.
“Tenemos una riqueza de diversidad de organismos marinos que todavía están poco estudiados y, por otro, podemos descubrir nuevas moléculas que tendrán una puesta en valor económica muy grande”, señala.
El CIIMAR trabaja además en el desarrollo de “moléculas antibiofilmes” para frenar una forma física de crecimiento de bacterias que lleva a infecciones difíciles de tratar.
En las industrias alimentaria y marina, el impacto puede ser significativo.
Con el objetivo de detectar “la concentración de determinadas especies químicas” y monitorizar el ambiente, el Centro de Investigación en Química de la Universidad de Oporto (CIQUP) aprovecha las espinas y membranas de peces para crear sensores ópticos y los resultados son “bastante prometedores”, dice Manuel Augusto Azenha, uno de los coordinadores de la investigación.
De este proyecto ibérico, que termina oficialmente en diciembre, han salido ya varios prototipos: prótesis metálicas, extractos con potencial farmacéutico contra el cáncer y compuestos bioactivos que se van a convertir en nuevos alimentos o fórmulas cosméticas.
El objetivo del 3B’s Research Group pasa ahora por “prolongar seis meses” más el CVMar+i, adelantó Silva, que afirma que uno de los mayores desafíos del proyecto tiene que ver con el “tamaño reducido de la industria y empresas biotecnológicas de la región”.
“Queremos contribuir al fortalecimiento de esa inversión, pero es una inversión que es difícil porque depende de la cantidad de inversión financiera asociada a las empresas o a la sociedad en general, que en nuestra región no es particularmente relevante, pero que esperamos conseguir fortalecer”, concluye.
Además del 3B’s Research Group, del CIIMAR y del CIQUP, el proyecto tiene como socios a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oporto (FEUP), la Escuela Superior de Biotecnología de la Universidad Católica, Stemmatters, Smart Inovation y Sarspec.
Del lado español, el CVMar+i cuenta con la colaboración de la Universidad de Vigo, la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela, el Instituto de Investigaciones Marinas, el Centro Tecnológico del Mar de la Fundación CETMAR, DevelopBiosystem, BETA Implants, Iuvenor Labs e Bialactis Biotech.
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