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Una novela de Walt Whitman perdida desde 1852, antes de consagrarse como poeta por el libro Hojas de hierba, fue encontrada por un estudiante de doctorado de la Universidad de Houston.
Vida y aventuras de Jack Engle es el título que el padre de la poesía estadounidense moderna sentenció al olvido. Tras 165 años en las sombras, por fin se localizó el manuscrito de 36.000 palabras.
La obra, un relato en primera persona de las vivencias de un huérfano, con elementos de crimen y amor, se publicó en The Sunday Dispach, de acuerdo a un anuncio del 13 de marzo de 1852 en The New York Daily Times. La historia era descrita como “reveladora y entretenida”.
“Era una versión de un género muy popular en la época: la novela de misterio urbano. En ella, un malvado abogado, Covert, se enfrenta a un hombre de clase trabajadora, virtuoso e inteligente, que vence al final”, explica David S. Reynolds, autor de La América de Walt Whitman.
Una vez publicada, Vida y aventuras de Jack Engle pasó desapercibida. Hasta que Zachary Turpin encontró en un cuaderno de Walt Whitman un boceto de la novela.
Valiéndose de información histórica digitalizada, llegó al anuncio de The Sunday Dispach. “Era un periódico donde Whitman ya había publicado y los tiempos coincidían”, indica a El País.
Los últimos ejemplares del desaparecido diario se guardaban en la Biblioteca Nacional, no habían sido digitalizados. “Fue muy emocionante. Cuando recibí las imágenes, supe que era Whitman. No sólo por el nombre Jack Engle, sino porque incluía otros personajes y tramas que estaban en los manuscritos que había consultado”, relata.
“En el libro emergen temas e imágenes que luego ocuparán su lugar en Hojas de hierba. La novela es un laboratorio de la lírica mayor de Whitman. Hasta el protagonista de clase obrera y su voz son un anticipo de la primera persona del poemario”, observa Reynolds sobre la narración y la obra maestra de la lírica, escritas en paralelo.
Consagrado como poeta desde 1955, Walt Whitman se entregó en cuerpo y alma a los versos, por lo que llegó a sentenciar sobre sus escritos anteriores: “Mi deseo es que caigan en el olvido”.