El escritor bonaerense dice que “no es un cuestionamiento ni una afirmación. El Problema de la Fe es una realidad.

El escritor bonaerense dice que “no es un cuestionamiento ni una afirmación. El Problema de la Fe es una realidad.

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Por: Maritza Luza Castillo
Sebastián A. Tognocchi es un escritor bonaerense licenciado en Ciencias Políticas, Técnico en Comercio Exterior, Coordinador General de OMEGA Producciones y como escritor es coautor de la trilogía “Ragnarök.

Virtuoso en su género, aborda con amplitud el tema e interrogantes de la reencarnación con preguntas y respuestas puntuales que invitan a la reflexión.

Como autor prolijo y versátil el libro: “El problema de la Fe”, esboza inquietudes basadas en una búsqueda honesta de la verdad y el tipo de cuestionamientos que algunas personas se formulan frente a hechos poco comunes para las mayorías. Creemos que la escena argentina tiene asegurada la apertura y experimentación en e panorama de las letras, y hay que seguir muy de cerca a Sebastián A. Tognocchi por que él está en marcha.

1. ¿Es un cuestionamiento o una afirmación “El problema de la Fe”? ¿Qué fe es la que pone a prueba el libro, la fe del que duda o la fe del creyente? La fe no debe guiarse debe sentirse, aclara el libro.

Buenas tardes, y muchas gracias por su entrevista. Me atrevería a decir que no es ni un cuestionamiento, ni una afirmación. El sentido de la novela va a ir llevando al lector, sumergido en una historia atrapante, a descubrir “El Problema de la Fe”. Pero, insisto, no es un cuestionamiento ni una afirmación. El Problema de la Fe es una realidad. No es blasfemia, sino una realidad de la que pocos hablan. Pero intencionalmente. Creo que hay temas que no se cuestionan… porque no se cuestionan.

2. ¿Alguna experiencia de vida fue determinante para elegir el tema del libro? ¿Porqué lindar la historia con la reencarnación?

Bueno. ¿Existe, tal vez, algo más increíble, con mayores incógnitas, que la muerte misma? La muerte es fascinante en sí misma. Y la posibilidad de una reencarnación es un tema que desde siempre me mantuvo en vilo. Y es que, creo que las personas necesitan conocer. Es preciso hacerse preguntas y necesario buscar las respuestas. Porque aquel que no se pregunte, no está realmente vivo. Aquel que no desee aprender… ¿cómo puede levantarse día a día? El ser humano, por humano, siempre a buscado respuestas ¿El por qué? Simple, a mí entender: se teme a todo aquello que no se conoce. Porque aquello que no se conoce… no se controla. La búsqueda constante de conocimiento, no es más que la búsqueda de control. Porque si comprendo, pierdo el temor ¿No sería, tal vez, fundamental perder el temor a la muerte? Imagine un mundo sin miedo a la muerte. Tal vez, esto sea el principio del fin de las sociedades.

3. ¿Al confrontar la fe mediante vicisitudes circunstanciales al interior de la novela, de cierta manera el autor también se confronta?

No hay dudas de esto. La novela envuelve y da círculos sobre creencias y cuestionamientos propios. Pero insisto: aplaudo el cuestionamiento, porque incluso éste puede hacerse con respeto. No debería aceptarse todo lo que nos viene dado por herencia, cultura o costumbre. Es necesario pensar.

4. ¿Qué agentes o factores humanos movilizan frente al drama humano? ¿Es peliagudo poner en la mira la institución eclesiástica partiendo del punto de vista de los hombres y los secretos que los circunda?

Esto podría ser así si considerara que, en algún punto, mi novela roza la blasfemia, como dije antes. Pero lejos está de eso. Si se contraponen diversos puntos de vista, bien desarrollados.

5. Marco Santilli el psicólogo de la ciudad tiene la responsabilidad de averiguar las causas del comportamiento extraño que acusa la niña Anahí asignada a él como paciente, ¿Ahí empieza a abrirse la caja de pandora?

Bueno, indefectiblemente. Marco Santilli se enfrenta a una verdad reveladora, y esta verdad, a la que debe enfrentar desde un punto de vista profesional, lo enfrenta a su espejo. Juega, la novela misma, a enfrentar al personaje frente a sus propios cuestionamientos.

6. ¿La pregunta que disocia, creer en los milagros y no en la figura de Dios no plantea de cierta manera una dicotomía incongruente por mas que se observe desde un punto de vista psicológico?

Podría verlo así usted, sin lugar a dudas. Sin embargo, no es igual creer en los milagros, que creer en un Dios. El milagro es terrenal. El milagro, para formar cuerpo es sí, necesita ser visto ¿Cuántos milagros ha visto usted, frente a sus ojos, en toda su vida? Y aun así… ¿cree en Dios?

7. ¿En medida que se avanza la lectura de la novela va dejando entrever que la reencarnación sería selectiva, de acuerdo a la muerte violenta de la persona?

Intentando no anticipar demasiado, es así. Es una creencia que existe, y una de las que se toman al momento de desarrollar la historia.

8. Al cuestionar los pilares de la iglesia en la novela, podría entenderse como un mecanismo del autor para despertar interés en el lector?

En realidad la historia se fue formando, y se fue revelando frente a mi mismo. No es complicado de creer que en más de una oportunidad, quienes escribimos comenzamos con una idea, pero es la historia misma la que nos marca el camino. No hubo intencionalidades, más que los de desarrollar una novela que deje un mensaje.

9. Tus palabras finales para el grueso de tus leyentes

Es una novela bien armada, con personajes sólidos y contextos bien logrados. Espero que puedan disfrutarla, tanto como yo lo hice al momento de escribirla. Y muchas gracias a usted por su tiempo y atención, y por la oportunidad de esta entrevista.


Maritza Luza Castillo es una periodista y escritora peruana que ha colaborado con diversos medios y revistas literarias. Sus poemas han aparecido en antologías publicadas en España, Italia, Argentina, República Dominicana y otros.