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El británico Jeffrey Archer encadena éxitos de ventas y espera que su nueva novela, Solo el tiempo lo dirá, siga el mismo camino, porque reconoce sin pudor que solo quiere ser leído. “Si me pregunta qué preferiría ser, si ganador del Nobel o Dumas, preferiría ser Dumas”.
“Prefiero ser un contador de historias”, asegura a Efe el escritor, a quien no le ofende que la crítica no lo valore por la calidad de su escritura, aunque recientemente The Washington Post lo comparase con Alejandro Dumas.
“Por un lado, es insultante porque he recibido tres premios literarios en Francia, uno en Alemania, otro en Estados Unidos, otro en Irlanda…, y sigo ganando premios como escritor”, asegura Archer a Efe en Mallorca, la isla española en la que pasa largas temporadas desde hace 30 años.
Antiguo dirigente del partido conservador británico, miembro del Parlamento a los 29 años, delfín y amigo de Margaret Thatcher, una bancarrota sufrida cuando tenía 34 años fue lo que le empujó a escribir su primera novela, convertida en superventas en cuestión de meses.
Nombrado lord en 1992, acababa de ser proclamado candidato conservador a la alcaldía de Londres (1999) cuando tuvo que dimitir, acusado de perjurio y obstrucción a la justicia. Fue condenado a cuatro años de prisión, de los que cumplió dos entre rejas.
Especialista en novela histórica, en 2011 Archer comenzó una saga familiar, las crónicas de los Clifton, una combinación de narración histórica, drama e intriga de la que está escribiendo el sexto volumen y aún quedará otro.
El primer libro llega ahora en español con la incertidumbre de si será tan bien acogido como en otros lugares del planeta.
“Nunca puedes saberlo. El último libro de los Clifton ha sido número uno en India durante 14 semanas y en total ha sido número uno en 21 países, pero eso no significa que vaya a gustarle a todo el mundo”, asegura.
A lo largo de su prolífica trayectoria, ha publicado en 132 países y ha sido traducido a 44 idiomas, pero nada sacia su “necesidad de ser leído”.
“He vendido 270 millones de libros, probablemente me hayan leído 1.000 millones de personas. Solo quiero que me lean. Tengo todo lo que quiero en la vida y lo único que quiero ahora es que me lean. Daría mis libros gratis si pudiera”, afirma sin ironía.
“Creo que soy una persona inquieta, incansable. Soy ambicioso en ese sentido y no hay nada que pueda hacer al respecto. Ojalá pudiera. Debí parar después de ‘Caín y Abel’ (1979), no necesitaba seguir escribiendo, pero tengo este afán”, confiesa.
Sobre su completa y compleja vida, asegura que no borraría ningún episodio vivido: “Solo los tontos quieren borrar algo de sus vidas. Todo es experiencia, lo que algunas veces es una ventaja cuando eres un escritor. Si te pasas la vida mirando hacia atrás, tendrás lástima de ti mismo. ¡Sigue adelante! Aunque dudo que exista alguien a quien no le gustaría cambiar algo…”, concede.
Y sobre los temas de sus libros, asegura que nunca hay que escribir sobre algo desconocido y no hay que dejarse arrastrar por las modas. “Que no te afecte lo que tú creas que es popular: no escribas ‘Cincuenta sombras de Grey’ porque creas que eso es lo que hay que hacer”.
En septiembre prevé que empiece el rodaje para televisión de las Crónicas de los Clifton, donde será productor y quiere a John Hurt en el papel del viejo Jack.
¿Y después?: “Quiero finalizar las crónicas de los Clifton, luego escribir un libro de relatos cortos y después afrontar el reto más grande de mi vida. Tengo las grandes líneas de la obra, pero debo asegurarme de vivir suficiente para escribirlo”.
(Fuente: EFE)