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Un equipo de investigadores del prestigioso Instituto Arqueológico Alemán (DAI), cuya sede principal está en Berlín, trabaja desde 2007 en un proyecto de registro y documentación de los monumentos de Isla Pascua, usando las tecnologías más modernas.
Pero su interés en el legado del pueblo rapa nui no se limita a los moái, las fascinantes esculturas que éste dejó en ese lugar; los científicos también están en búsqueda de información que les ayude a entender cómo se abastecía de agua y qué importancia tenía este elemento para él.
El análisis de este aspecto cultural-tecnológico, hasta ahora poco atendido, le ha permitido a los arqueólogos germanos encontrar valiosos vestigios. Burkhard Vogt, director de la Comisión para la Arqueología de Culturas Extraeuropeas del DAI, jefe del proyecto de investigación en Isla de Pascua y especialista en estructuras hidráulicas, ya había realizado investigaciones en Perú y muchos otros países. Sin embargo, estudios de esta índole no habían tenido lugar en zonas subtropicales, como el área donde se encuentra Isla de Pascua.
“Al hablar sobre manejo del agua, lo primero que suele venir a la mente son los acueductos; pero en regiones tropicales o subtropicales éstos no existen porque llueve mucho y siempre hay suficiente agua disponible. No obstante, el abastecimiento de agua siempre ha sido un asunto fundamental para la supervivencia en esas zonas y, desde luego, también en Rapa Nui. Por eso nos interesa descubrir qué técnicas tenían a mano”, explica Vogt.
Esta es la primera vez que se investiga este aspecto de la cultura rapa nui. De ahí la importancia que se le ha dado a este proyecto del DAI, que opera bajo los auspicios del Ministerio de Exteriores de Alemania. El estudio en cuestión puede arrojar pistas muy útiles sobre la tecnología usada en Rapa Nui y las islas polinesias, sobre todo ahora que las tierras y las aguas han adquirido un valor estratégico a escala global.
Constructores con visión
Lo poco que se sabía sobre el uso del agua eran relatos aislados de antiguos navegantes y cronistas. Pero lo que han develado las excavaciones más recientes ha sorprendido a los investigadores.
“Isla de Pascua es como una esponja con muchos hoyos y, cuando llueve mucho, el agua aflora rápidamente”, sostiene Vogt. Uno de los reservorios más importantes es el humedal Ava Ranga Uka, ubicado en el centro de la isla, en el Parque Nacional Rapa Nui. El humedal se nutre de las abundantes precipitaciones. Sin embargo, esta isla también ha sufrido sequías. El agua era un recurso escaso y valioso que sus habitantes debieron aprender a manejar.
En el humedal Ava Ranga Uka, los arqueólogos alemanes y las entidades chilenas con las que cooperan -–como la Corporación Nacional Forestal (CONAF), por ejemplo-– han realizado descubrimientos relevantes. Los antiguos habitantes de la isla aprendieron a controlar los flujos de agua para el consumo y los cultivos. Para esto construyeron canales y terrazas de piedra de diferentes alturas. En la zona se hallaron los restos de un pozo para la plantación de palmeras, lo que demuestra la preocupación por cuidar los recursos y evitar la deforestación.
Enrique Tucki, de la oficina de CONAF Rapa Nui, destaca el aporte del DAI en la tarea de investigar y conservar el patrimonio natural y cultural de la isla. “Esto representa un desafío colosal, que sin duda requiere de capacidades locales, nacionales e internacionales. En lo que respecta al trabajo del equipo germano, yo lo describiría como novedoso y refrescante; abre nuevos caminos en la investigación científica de Rapa Nui y pensamos que ha sido bien recibido por la comunidad de la isla”, señala Tucki.
La cultura del agua
Las excavaciones en la zona de la quebrada dejaron al descubierto dos represas y un estanque de piedra, que habrían sido usados entre los años 1300 y 1600 de nuestra era. “Creemos que era un lugar sagrado, una suerte de santuario con una plataforma ceremonial para la realización de rituales”, indica Burkhard Vogt. Estos hallazgos abren un campo de investigación enorme para el DAI, cuyos representantes planean trabajar unos cinco a diez años más en la isla.
En este lugar han comprobado que el pueblo rapa nui no sólo usaba el agua con fines domésticos y agrícolas, sino también rituales. “En este lugar el agua fue empleada como elemento para propiciar la fertilidad de los suelos”, apunta Vogt, agregando que, aunque existen estructuras similares en la Polinesia, esta es la primera vez que las estudia. En la primera fase de sus trabajos de campo, los arqueólogos alemanes usaron modernos aparatos para escanear la superficie terrestre y los monumentos, recrearlos en forma tridimensional y determinar su ubicación con el sistema de posicionamiento global (GPS).
Un dispositivo bautizado “Willi”, un octocóptero o dron con forma de escarabajo, ha sido de gran utilidad en el último año. Willi es controlado a distancia y cuenta con una cámara fotográfica para tomar imágenes desde el aire. El registro y documentación de las estructuras encontradas en el humedal permite visualizar su importancia. Y es que ese humedal es aludido en una antigua leyenda rapa nui. “Queremos proteger este lugar arqueológico en conjunto con la naturaleza”, asegura Vogt.
CONAF busca preservar el humedal de amenazas como los incendios, la ganadería y las plantas invasoras, a través de proyectos de conservación y catastro de especies endémicas. Entre otras razones, porque el humedal se ha convertido en una de las novedades de los circuitos turísticos de la isla.
“Gracias al trabajo del DAI y de CONAF, se ha acentuado el valor del humedal Ava Ranga Uka. Bajo el amplio concepto de ‘la cultura del agua’, se ha posicionado en la actualidad como una zona de interés científico y turístico”, indica Enrique Tucki.
(Fuente: Deutsche Welle )