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El fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, cumple mañana 90 años en un periodo de cambios en su vida, desde la decisión de dejar de publicar desnudos completos en su publicación, hasta la venta de su célebre mansión.

En octubre pasado se anunció la histórica renuncia de Playboy a la publicación de imágenes de mujeres totalmente desnudas, justificada por la realidad impuesta por Internet, donde abundan ese tipo de contenidos.

Esa situación contribuyó a que la tirada de la revista, cifrada en 5,6 millones de ejemplares en 1975, cayera hasta los 800.000 en la actualidad, según datos de la organización Alliance for Audited Media.

El pasado mes de marzo, el golpe de timón se hizo realidad con una portada sugerente protagonizada por la modelo Sarah McDaniel y con guiño incluido a la aplicación Snapchat, en una clara manifestación del reajuste de la publicación a los tiempos modernos.

Semanas antes, Hugh Hefner había anunciado también su decisión de vender la mansión Playboy, disponible en el mercado por 200 millones de dólares, la vivienda más cara de Estados Unidos.

El magnate compró en 1970 la mansión, ubicada en las colinas de Holmby Hills, de Los Ángeles (California), por un millón de dólares.

Eso sí, quien se haga con la propiedad deberá convivir con el propio Hugh Hefner, que no piensa abandonar la residencia.

“La mansión Playboy ha sido el centro creativo de ‘Hef’, su residencia y su lugar de trabajo durante los últimos 40 años, y así seguirá siendo si se vende”, indicó en un comunicado Scott Flanders, director ejecutivo de Playboy Enterprises.

Otras cosas, en cambio, nunca cambian, como su tradicional fiesta de cumpleaños, únicamente para familia y amigos, en la que organiza un pase de la película “Casablanca” – su favorita – y a la que los invitados deben asistir vestidos de forma acorde.

Tras ver la cinta, los asistentes suelen acudir a una de las salas de su residencia, transformada para la ocasión para que luzca como el Rick’s Cafe, el establecimiento que regenta Rick (Humphrey Bogart), donde celebran a Hugh Hefner, siempre embutido en sus cómodos pijamas de seda, con champán y caviar.

Esa es la estampa más popular del magnate, conocido por lanzar múltiples fiestas en su residencia a lo largo del año con fines benéficos a las que están invitadas las famosas “conejitas”, modelos y rostros jóvenes en busca de atención y oportunidades.

En esos eventos nunca falta el logo de Playboy, uno de los más conocidos del mundo.

De hecho, el empresario amasa una fortuna mayor en ventas relacionadas con ese logo que con la venta conjunta de ejemplares de su revista y del contenido de su página web.

La leyenda de Hugh Hefner comenzó en 1953, cuando fundó Playboy después de que los directivos de Esquire le negaran un aumento de cinco dólares en su sueldo.

Marilyn Monroe, completamente vestida, fue la primera estrella en aparecer en la portada de la revista.

Sin embargo, en las páginas interiores aparecía desnuda en unas fotos tomadas años atrás.

Ahí comenzó a germinar la historia de la revista, líder en la revolución que ayudó a hacer visible el sexo en Estados Unidos.

Y aunque sea de sobra conocido el comentario irónico de que algunos leen Playboy por sus artículos, lo cierto es que la revista se ganó parte de su reputación gracias a la calidad y profundidad de sus reportajes.

Por ahí desfilaron textos de Hunter S. Thompson y Truman Capote, además de incendiarias entrevistas con figuras como Martin Luther King o Malcolm X.

Puede que Hugh Hefner, al que se le ha asociado con decenas de mujeres a lo largo de su vida, haya sentado la cabeza junto a su esposa, Crystal Harris, de 29 años, desde 2012.

Pero no cabe duda de que seguirá celebrando junto a sus “conejitas”, mientras el cuerpo aguante.

(Fuente: EFE)


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