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Un gallardo patriotismo siempre fue bien visto en la Argentina. Está basado en la constructiva idea de que seres humanos que llegaron como inmigrantes de todo el mundo se identifiquen con una misma bandera y una misma Constitución.
A más tardar el peronismo lo transformó, sin embargo, en un instrumento político, empleado a veces con mayor y a veces con menor sentido. Particularmente en tiempos de crisis. Como por ejemplo ahora, en que el país se halla bajo creciente presión internacional en su empecinada lucha contra los fondos hedge.
Los mejores del mundo
“Nuestro patriotismo viene de una mezcla: creemos que somos los mejores del mundo, lo cual es un atrevimiento. Pero como no se aviene con la realidad, decimos que existe una conspiración contra nosotros y que hay oscuros poderes que impiden que seamos como deberíamos ser”, explica el historiador Luis Alberto Romero.
“Es triste, pero así funciona”, agrega.
También en la disputa contra los fondos hedge, que reclaman el cien por cien del valor nominal de sus bonos y a los que Buenos Aires los llama “buitres”, el Gobierno apuesta por los sentimientos patrióticos: quien no apoya su política corre peligro de ser un traidor a la patria.
“Patria o buitres” es la consigna que se lee en carteles que el Gobierno mandó pegar en todo Buenos Aires.
Eva y Juan Domingo Perón
Con ello, Cristina Fernández de Kirchner traza conscientemente paralelos históricos: en los años 1940, el por entonces candidato presidencial era criticado por el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Spruille Braden. La campaña de Perón se basó entonces en la consigna “Braden o Perón”. La táctica dio resultado: Perón fue elegido presidente, el gobierno de Estados Unidos retiró a Braden de la Argentina.
Blanco o negro
El pensamiento en términos de blanco y negro lleva a que los críticos no tengan posibilidad alguna. “Los opositores están atrapados en una trampa. Como por ejemplo en 2012, cuando fue estatizado el grupo petrolero español YPF. Naturalmente también la oposición debió decir: no puedo ir contra la patria”, dice Romero. Y con eso entran en el juego del Gobierno.
Esa mezcla es problemática, resalta el historiador: “Creo que la mayor expresión de esa dicotomía se manifestó hace 30 años durante la Guerra de las Malvinas. Entonces debimos haber aprendido que la realidad es una cosa y la vocinglería otra. Pero en tanto la consigna siga funcionando, los Gobiernos la van a seguir aplicando”.
Llevado por la ola patriótica, Argentina anunció querer seguir luchando con los fondos hedge, ahora con medios jurídicos. Eso no mejorará la posición del Gobierno a nivel internacional. Pero sí a nivel nacional.
(Fuente: Deutsche Welle )