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La mayoría de los vehículos que circulan por las calles de Río de Janeiro se mueven gracias al etanol. Puede que ese sea el motivo por el que, a pesar del intenso tráfico, se respire tan bien en la ciudad.
Brasil es uno de los mayores productores de etanol del mundo y actualmente una gran parte de la población opta por emplearlo para sus coches. Es barato, se puede encontrar en cualquier gasolinera del país y además es más ecológico que otro tipo de combustibles.
“Se trata de un combustible que no es fósil y que no tiene emisiones de carbón. El cambio climático al que desgraciadamente se enfrenta nuestro planeta tiene que ver, en parte, con el combustible fósil”, explicó a RT Sergio Monteiro, director institucional y responsable de sustentabilidad de Embratec, una compañía que ofrece servicios empresariales.
Brasil desarrolló vehículos cuyos motores funcionan con cualquier proporción de gasolina y etanol hídrico. Estos automóviles, popularmente conocidos como ‘flex’, salieron al mercado hace ya una década y fueron todo un éxito comercial. Tan solo en 2008 la flota de vehículos flexibles llegó a los 6 millones. Sin embargo, no son pocos los escépticos entre los conductores que creen que los coches que utilizan gasolina pueden durar mucho más.
“El etanol es un combustible de alta calidad y no hay ninguna razón para evitarlo”, apunta Monteiro, que considera que la gente continúa hablando de problemas que tenían en el pasado.
Una particularidad importante de este combustible, que puede obtenerse del maíz y la caña de azúcar, es que se produce en el mismo país.
Además, las ventajas del etanol no se ven reflejadas solo en el precio que paga el consumidor. Su producción también representa una mejora para el gobierno en su balanza comercial.
(Fuente: RT en español )