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La sanción es la más alta impuesta por Estados Unidos a un banco extranjero: 8.800 millones de dólares habrá de pagar BNP Paribas por hacer negocios con países sancionados como Cuba, Irán o Sudán.
Eso supone un incumplimiento del “International Emergency Economic Act” para el que Estados Unidos tiene una efectiva herramienta de presión. Además de la multa, el banco no podrá hacer realizar operaciones en dólares durante un año, sobre todo en el sector del petróleo y el gas.
Actualmente pocos consorcios pueden permitirse actuar fuera del mercado estadounidense o no hacer transacciones por Wall Street. El 80% del comercio mundial se realiza en dólares y la jurisdicción estadounidense actúa aunque los negocios ni siquiera se realicen allí. Dicha advertencia también llegó en su momento a empresas alemanas como Siemens, Daimler o Deutsche Telekom.
“En Estados Unidos existe la tendencia a imponer sus propias ideas legales en forma agresiva y casi misionaria en el mundo”, explica Siegfried Elsing, abogado y profesor de Derecho Internacional en Düsseldorf. Por su hegemonía política y económica, es fácil para ellos imponer sus reglas a empresas extranjeras.
“Un banco que actúa a nivel global, no puede evitar a Estados Unidos. Por eso hay que someterse”, sigue el experto.
Una señal fuerte
Otros bancos como Credit Suisse o el Royal Bank of Scotland también comparecieron anteriormente por ignorar las mencionadas sanciones. Sin embargo, las multas nunca alcanzaron cifras tan altas y el caso de Paribas pretende ahora servir de ejemplo: “Es una señal para otras instituciones que hacen negocios en Estados Unidos. No se tolerarán comportamientos ilegales”, aclaró Eric Holder, ministro de Finanzas de Estados Unidos. Tras este antecedente, otros bancos europeos como el Deutsche Bank, Unicredit o Credit Agricole, temen también condenas más altas a las esperadas.
Precisamente en un momento donde muchos bancos todavía no superaron la crisis, esto supone un duro varapalo. Los bancos europeos están sometidos a continuas pruebas de estrés del Banco Central Europeo que exigen una cuota de capital propio del 5,5%. A finales de 2013, Paribas tenía un capital por valor de 90.000 millones de euros y ahora tendrá que dedicar más de una décima parte a pagar multa.
“No es el mejor momento”, cree Thomas Hartmann-Wendels, especialista en Derecho Bancario de la Universidad de Colonia: “Los bancos se esfuerzan en reforzar su capital y ahora necesitan cada euro”.
(Fuente: Deutsche Welle )