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El exdirigente nazi más buscado desde hace varias décadas, Aloïs Brunner, responsable del asesinato de 128.500 judíos durante la Segunda Guerra Mundial, vivió 40 años en Siria protegido por el clan El Asad y murió en Damasco en 2001 a los 89 años, según la revista francesa XXI.
De acuerdo a la publicación, el criminal de guerra fungió de consejero político de la familia gobernante, a cambio de resguardo, desde los años sesenta. El jerarca del nazismo organizó los guetos y las deportaciones a los campos de exterminio.
Nacido en 1912 en Rohrbrunn, en el Imperio Austro-Húngaro, el oficial alemán fue la mano derecha de Adolf Eichmann, encargado de la ejecución de la ‘solución final’ que desembocó en el Holocausto perpetrado en la Segunda Guerra Mundial.
Brunner habría ingresado a Siria en 1954, tras haber recibido la condena a muerte en rebeldía por las Fuerzas Armadas de París. Su primer trabajó en Oriente Medio, con el nombre de Georg Fischer, fue en la sociedad Orient Trading Company (Otraco), propiedad de su amigo Franz Rademacher, exjefe del Departamento Judío del Ministerio de Exteriores de Alemania.
El acuerdo de amparo lo selló con, Hafez Al Asad, mandatario de Siria entre 1970 y el año 2000.
“Lo emplearon y dieron residencia. Eso era conocido, pero los desafíos geopolíticos fueron más importantes. Los responsables diplomáticos tenían otras prioridades que comprobar su presencia y acción en Damasco”, explicó el autor de la investigación, Hedi Aouidj.
Los servicios secretos occidentales e israelíes le perdieron el rastro hacia 1992, años después de que el prófugo concedió entrevistas a la revista austríaca Bunte y al Chicago Sun Times, en las que reiteró no sentir remordimientos y aseguró que repetiría sus actos.
“Murió solo, en un sótano, porque había sido abandonado por Bachar al Asad. Ese régimen es como la mafia. Lo dejaron ahí”, concluyó el reportero.