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Por: Maritza Luza Castillo
“La cruz del sur”, de Raquel Villanueva se alza como el Premio Fanes de novela corta. Es un libro suculento y romántico, fácil de leer en cuyas páginas, se aúna la necesidad de la coleccionista de libros por establecer lazos afectivos reales que coincidan y aprueben la vigencia de su primer amor expresado en papel y en tinta. Raquel, autora nacida en Ponferrada capital de la comarca El Bierzo en la provincia de León – España, analiza los puntos del afianzamiento de los sentimientos y algunas incógnitas marcadas con carácter reflexivo de la misma. Nos adjunta una mirada inspiradora y bastante apasionada sobre la naturaleza del oficio del escritor.

1. ¿Cómo definirías el sur que delinea esa cruz en tu historia predominantemente romántica?

El sur es esa idea que tenemos de la felicidad, todo eso que sin ser a veces nada concreto, pensamos que nos falta o queremos alcanzar. Todo ello está en el sur, lejos del frío norte de tristezas y desengaños.

2. ¿Llevar al protagónico de una historia a un escritor y recrear su pasión y parafernalia en cuanto a su trabajo profesional no es un poco sentarse en la silla del personaje principal e intercambiar a la silla a ratos, sin compartir obviamente su personalidad?

Sí, ciertamente el hecho de que el protagonista sea un escritor, más allá de los rasgos comunes o diferenciales de personalidad, me ha permitido entablar un hipotético diálogo de tú a tú con cosas en común, tales como el gusto por las palabras, la necesidad de diccionarios, la necesidad de navegar en los mundos interiores.

3. ¿Cuánto de Raquel Villanueva está vertido en esta historia? ¿Bajo qué premisas concebiste el tema sin liarte con giros idiomáticos innecesarios?

Supongo que uno, cuando escribe narrativa, queriéndolo, o inclusive sin quererlo, termina dejando mucho “rastro” en lo escrito de uno mismo, rastro de sus vivencias, de sus pensamientos, de sus sueños.

Ahora en lo relacionado a las premisas, creo poder decir que no hubo ninguna concreta, ningún esquema primario de la historia. Quería hablar de personas normales, de sentimientos afines a todos nosotros, y la historia se fue construyendo por sí propia según avanzaba en su escritura.

4. ¿En la historia que planteas es un poco como anudar la pluma y el papel ya que los protagonistas solos escriben la novela? ¿Te has puesto a pensar que la novela discurre con normalidad y el hilo conductor poquito a poco, como el buen catador ofrece deliciosos sorbos de magnifica literatura?

La novela es ciertamente una historia coral sustentada entre cuatro personajes. Sus vidas, o más bien, sus percepciones de la vida son los que la dan forma. Mi novela es una historia normal, el lenguaje empleada en ella no creo que ofrezca grandes circunloquios, y lo de “magnífica literatura”, no seré yo quien ose decirlo. Como lectora que soy antes que escritora, yo adoro leer palabras deliciosas que puedan transportarme y traspasarme. Si yo he sido capaz de transportar, de traspasar al lector, me doy por contenta, porque esa era mi intención, más allá de ninguna “magnificencia”.

5. Hasta la fecha cuantas satisfacciones te ha granjeado el libro *‘La Cruz del Sur’, estas satisfecha con los resultados, cuánto de visibilidad te ha otorgado.*

Mi primera satisfacción fue escribirla, ya que nunca había escrito un relato tan extenso. Y luego me ha ido dando múltiples satisfacciones, cada vez que un lector se acerca a mí, o se pone en contacto conmigo para comentarme que le ha gustado, es una satisfacción. Visibilidad… hoy en día los escritores “visibles” son pocos y siempre los mismos. Luego estamos los “invisibles”, los que no movemos masas, los que vamos construyendo nuestro camino miga a miga. Sí que gracias a esta obra he tenido la suerte de hacerme con nuevos lectores, pero aún no he conseguido llegar a las grandes masas.

6. ¿Qué esperas de la literatura? ¿Cuánto de tu rutina sacrificas en pos de la construcción de una historia?

De la literatura solo espero satisfacción, tanto en mis lecturas, como en mis escritos. No sacrifico nada, quizás si yo fuera un escritor profesional, si viviera de mi trabajo, tendría que marcarme unos objetivos, renunciar a cosas para escribir sin descanso. Yo escribo a temporadas, escribo cuando me apetece, cuando puedo hacerlo. Hasta hoy, nunca he tenido que sacrificar nada en aras de la escritura.

7. ¿Eres consciente que tus escritos envías a tus lectores a soñar? ¿Te das cuenta del poder de un escritor frente al papel?

No trato de plasmar sueños en mis historias, trato de plasmar realidades, trato de convencer a la gente de que los sueños, ciertamente, pueden hacerse realidad. En lo relación a tu pregunta complementaria te diré que no es el poder de un escritor, sino el poder de la herramienta que un escritor ha de emplear, la palabra es el poder.

8. ¿Cuánto de tu búsqueda personal e interna logras alcanzar cuando escribes?

Araño mucho a mi parte interna, mucho a mi parte personal, son zonas sin fondo, porque se van rellenando de continuo, así que buceo en ese vasto espacio tratando de extraer esas perlas que siempre subyacen en el fondo de cada uno.

9. ¿Qué nuevo bocado narrativo le reservas a tus lectores?

Hay muchas historias que aún no han visto la luz, y muchas también aún fraguándose en mi cabeza, que ni tan siquiera se han conformado como tales historias, están ahí como meros bocetos que se me presentan.

10. ¿Qué le dirías finalmente a tus seguidores?

Solamente una palabra “GRACIAS”. Sencilla palabra en la que cabría un mundo. Gracias por leerme, gracias por confiar en mí, gracias por alentarme, gracias por animarme, gracias… simplemente.


Maritza Luza Castillo es una periodista y escritora peruana que ha colaborado con diversos medios y revistas literarias. Sus poemas han aparecido en antologías publicadas en España, Italia, Argentina, República Dominicana y otros.


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