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La coyuntura nacional con el coronavirus ha impulsado a muchos a encontrar diferentes maneras de sobrellevar la nueva realidad. Algunos han retomado pasiones y hobbies y otros han dado un paso más: se disponen a ayudar a quienes más lo necesitan. Este es el caso de Karina Aliz.
Abogada en una de las empresas más importantes del país y sus tiempos libres los dedicaba al arte. Pinta desde pequeña y luego de una operación que la alejó del deporte que todos hacemos “de vez en cuando” pensó en retomar el pincel y el lienzo. Así, poco a poco fue reavivando una pasión que la utilizó para alejar el estrés.
“Siempre me gustó pintar y dibujar. Y cuando lo retomé hace 3 años muchas personas me decían que nunca habían visto un abogado artista y no va con el perfil; pero siempre he pensado que un abogado debe ser creativo, y qué mejor forma de ejercitar la creatividad que a través del arte”, comenta.
Nunca un cuadro fue vendido, siempre fueron regalos o pedidos de gente cercana, hasta que un día un amigo estuvo interesado en comprar uno. Entonces, Karina Aliz tuvo una creativa idea: ofrecer sus cuadros a beneficio de organizaciones sociales. Así, el 100% de lo recaudado iría a organizaciones que estén ayudando a personal médico y a las personas más necesitadas de nuestra sociedad.
“Mi hermana es médico y hay muchos médicos en mi familia. Y como cualquier peruano, no puedo ser ajena a las necesidades de tantas personas en situación de vulnerabilidad”, agrega.
El pago de las obras se realiza directamente con algunas organizaciones con las que ya se está trabajando: Médicos solidarios, Juguete pendiente y el Hogar de la bienaventuranzas. Se busca que poco a poco se vayan sumando más artistas, más gente con ganas de ayudar y también más organizaciones. El objetivo principal es el que debe unir a todos los peruanos hoy y siempre: no dejar de ayudar.