Vladimir Putin tratará de rebajar creciente tensión entre Rusia y Bielorrusia | ANÁLISIS

Vladimir Putin y Alexander Lukashenko. (Foto: Getty Images)

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, se reunirán la próxima semana para tratar de rebajar la creciente tensión que se ha instalado entre sus países desde la crisis ucraniana y los pasos dados por Minsk para aproximarse a Occidente.

“Es cierto que hay diferencias de matices respecto al proceso de integración eurasiática, y digamos que desacuerdos económicos en las relaciones bilaterales. Todo esto será discutido por los jefes de Estado”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al informar del encuentro que tendrá lugar el próximo lunes en San Petersburgo.

Las relaciones entre Moscú y Minsk, vecinos y aliados, se han ido deteriorando desde 2014, cuando Lukashenko se distanció de Moscú al defender el respeto a la integridad territorial de Ucrania y no reconocer la anexión de Crimea.

El llamado “el último dictador de Europa”, además, comenzó a congraciarse con Occidente al ofrecer Minsk como sede de las negociaciones de paz para el conflicto ucraniano, lo que le valió el levantamiento de las sanciones que la UE mantenía contra él y su régimen por sus deficiencias democráticas.

El encuentro de Vladimir Putin y Alexánder Lukashenko – el primero que mantendrán desde noviembre pasado – se produce tras el fracaso de una nueva ronda de negociaciones en torno al conflicto del gas y después de que recientemente el presidente bielorruso desgranara toda una lista de agravios contra Moscú.

Según el ministro de Petróleo ruso, Alexánder Novak, Minsk ya acumula una deuda por suministros de gas ruso de 700.000 millones de dólares desde comienzos del año pasado, “deuda que Bielorrusia no está dispuesta a saldar sin que la parte rusa le suministre gas de forma preferente, tanto en precio como en plazos”.

“Esas declaraciones parecen más propaganda que la constatación de unos hechos”, respondió el portavoz del Gobierno bielorruso, Vladiskav Sichévich, mientras ambas partes se acusaban de ser “poco constructivos”.

Las diferencias comenzaron a principios de 2016, cuando Bielorrusia pidió bajar el precio del gas ruso alegando la caída de los precios en los mercados europeos.

En respuesta a los impagos unilaterales, Rusia redujo el suministro de petróleo a Bielorrusia, que en el primer trimestre de este año será de 4 millones de toneladas, 1,5 millones de toneladas menos de lo previsto.

“Está claro que podremos arreglárnoslas sin el petróleo ruso. Lo pasaremos muy mal, pero la libertad, la decencia y nuestro pasado histórico valen mucho más que ese petróleo”, afirmó Lukashenko en febrero, en una conferencia de prensa de más de siete horas de duración, de las que dedicó más de una a acusar a Moscú.

“La situación ha llegado a un punto en que ya no puedo callarme”, aseguró el líder bielorruso, que anunció que su país había presentado un demanda judicial por el recorte de los suministros de crudo.

Lukashenko también criticó la reciente decisión de Rusia de restablecer controles fronterizos con Bielorrusia a pesar de que ambos países forman desde 1996 un Estado Unificado, con un espacio económico común y sin aduanas.

“¿Qué es eso de una zona fronteriza de 30 kilómetros?. Considero que se trata de un simple ataque político”, manifestó el líder bielorruso.

Moscú decidió restablecer los controles fronterizos con Bielorrusia después de que ese país dejara de exigir visados a los ciudadanos de 80 países, entre ellos de la Unión Europea y Estados Unidos, que entren a través del aeropuerto de Minsk para un plazo máximo de cinco días.

Para Lukashenko, está claro que las últimas tensiones con Moscú obedecen a que “en Rusia ha surgido el temor de que Bielorrusia opte por Occidente”.

Para añadir más leña al fuego, el ministro de Agricultura ruso, Alexánder Tkachev, acusó ayer a Bielorrusia de haberse aprovechado de las sanciones internacionales contra Rusia y el consiguiente veto ruso a los productos europeos para apropiarse de una gran parte del mercado de los productos prohibidos.

Bielorrusia se aprovechó de las ventajas de la zona de libre comercio en el espacio eurasiático, y en un corto espacio de tiempo se ha convertido en el principal punto de tránsito hacia Rusia para los productos sujetos a sanciones”, afirmó el ministro.

Según sus datos, desde 2014 Bielorrusia “logró hacerse con el 15 por ciento del mercado importador ruso, cuando en 2012 ese flujo desde Bielorrusia no superaba en 1 por ciento”.

Rusia impuso en agosto de 2014 un veto a la importación de productos frescos de la Unión Europea, desde carne hasta lácteos pasando por frutas y verduras, como respuesta a las sanciones occidentales por la crisis ucraniana y la anexión de Crimea.

A pesar de todas las discrepancias, Putin y Lukashenko se intercambiaron hoy sendos mensajes de felicitación al celebrarse mañana, como cada año, el “Día de la unidad de los pueblos de Rusia y Bielorrusia”, el aniversario de la firma, el 12 de abril de 1996, del tratado de unificación.

Fuente: EFE

DATOS CLAVES DE VLADIMIR PUTIN

Vladimir Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado (URSS), ahora San Petersburgo, Federación Rusa).

En la década del 70 fue reclutado por la KGB y en los 80 tras terminar sus estudios en la Academia de Espionaje fue enviado a la República Democrática Alemana (RDA) donde sirvió hasta la caída del Muro de Berlín.

Hacia 1999, por primera vez se convirtió en el jefe del Kremlin, cuando Boris Yeltsin renunció inesperadamente a la Presidencia de Rusia y asumió el cargo interinamente. Desde entonces, Vladimir Putin ha sido tanto presidente como primer ministro de Rusia.

Lo más visto

Más en sección

Verano 2022: Cuatro destinos imperdibles para disfrutar del sol

Verano 2022: 4 tips para potenciar tu negocio en esta temporada

Medio ambiente: trucos para reducir tu huella de carbono y cuidar el planeta desde casa

Learning for Life: cómo participar de la nueva temporada del programa de formación gratuita

Construcciones sostenibles: 5 claves para descubrir si vives en una edificación eco amigable