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El guitarrista flamenco Antón Jiménez participa este sábado en Lima en el sexto festival internacional de guitarra, Guitarfest, con el que continúa su travesía musical y demuestra que “la música es mi vida, las veinticuatro horas del día”, según declaró este jueves a Efe.

En una entrevista antes de su paso por el festival, el artista madrileño contó su trayectoria y los desafíos que enfrentó para convertirse en uno de los más importantes guitarristas flamencos.

“Comencé desde muy pequeñito con la guitarra”, explicó Jiménez, que reconoce la influencia que tuvieron en su desarrollo artístico Raúl Montoya y Mario Escudero, figuras importantes de las cuerdas.

Pero sobre todo recuerda que entre los que tuvieron mayor influencia se encontraba Diego el Cigala, cantante flamenco que conoció en su niñez debido a que su padre tenía un bar al que el Cigala frecuentaba.

“Con Cigala aprendí lo que es el acompañamiento al cante, porque una cosa es tocar como solista y otra es el acompañamiento que es súper importante para un cantante de flamenco”, relató.

A sus 40 años, Jiménez reconoció que en sus inicios de músico solo fue su talento el que lo llevó a grandes escenarios a nivel internacional.

Solo con el paso del tiempo empezó a plantearse la manera en que podía crecer musicalmente y desarrollar una carrera como solista.

“El talento es importantísimo pero, si no hay horas de trabajo, no vale para nada, hay que trabajar mucho, encerrarse en un cuarto y trabajar hasta llegar a crear algo personal, único que sea tu propia identidad, por supuesto es duro”, explicó.

La identidad fue una de sus mayores búsquedas en las cuales Antón Jiménez se adentró para poder “darle forma a su música, como también lograr pulir su talento”.

Antón reconoce que encontrar su voz propia fue un desafío, la valla que ponía el maestro de guitarra Paco de Lucía, quien marcó su carrera musical y su vida, era muy alta.

“Luego de Paco de Lucía, que ha sido el genio más grande de la historia de la guitarra y que abarcó tanto en temas, como la armonía y el ritmo, parecía prácticamente imposible encontrar una identidad”.

La manera en que el guitarrista flamenco encontró su camino es, según dice él, “buscando dentro de lo que uno siente y ser sincero consigo mismo para lograr trasmitir a los demás”.

Su camino artístico lo llevó también a viajar por tres continentes y tocar en Cuba, Nicaragua, Rusia, Alemania, Puerto Rico y Estados Unidos.

Todos aquellos viajes grabados terminaron por convertirse en su primera película “Guitarra de Palo”, estrenada en 2003, y en la que “comparte su música con artistas de diferentes nacionalidades”.

“El mensaje de la película es demostrar a las personas que la guitarra flamenca no tiene límites, no tiene todo por qué sonar solo a flamenco, sino demostrar que está llena de otras culturas”.

Para el músico madrileño, estos viajes lo han llevado a la conclusión de que “el flamenco está tan vivo porque tiene influencias desde la música primitiva de África, pasando por los países Árabes y la India”.

Jiménez impartirá durante el sexto festival de guitarra de Lima clases magistrales, que “estará encantado de compartir” con el público que esté interesado.

Aunque ya es un maestro de la guitarra flamenca reconoce que “al llegar a un nivel cada vez más alto, los artistas en general sentimos que sabemos cada vez menos, estamos más perdidos y nos sentimos cada vez más angustiados”.

Durante el festival, organizado con el apoyo del Centro Cultural de España, Antón Jiménez presentará su película y estará acompañado de músicos provenientes de Noruega, Suiza, Colombia, México y Perú.

(Fuente: EFE)