American Horror Story: ¿Qué pasó en el cuarto episodio de Freak Show?

Cuidado, alerta de spoiler. Edward Mordrake (Wes Bentley) tiene un método definido cuando quiere sumar un ‘fenómeno’ al espectáculo que monta en dimensiones desconocidas: les pide a los ‘postulantes’ que le cuenten las tristes historias de su vida.

En ese marco, empezando el cuarto episodio de American Horror Story: Freak Show, el macabro sujeto de dos caras se presenta a Paul (Mat Fraser) y Legless Suzy (Rose Siggins), quienes una vez superado el miedo inicial empiezan a contarle sus desgracias.

En primer lugar, Suzy sufrió una patología de la columna cuando era muy pequeña y por eso los médicos decidieron amputarle las piernas. En esa condición, sus padres la abandonaron en un hogar para niños. Varios años después, mató a un hombre solo porque estaba celosa de sus piernas.

En el caso de Paul, este nació con una malformación física en las extremidades superiores. Cansado de las burlas y ataques, se unió a la feria de ‘fenómenos’ después de tatuarse todo el cuerpo, aunque dejando su rostro inmaculado. “Tengo el rostro de un hombre bastante hermoso, ¿te imaginas esta cara en un cuerpo normal? Podría haber gobernado el mundo”, dice a Mordrake.

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Edward los deja atrás y va en busca de Elsa (Jessica Lange), quien sigue creyendo que él es un cazatalentos. “Es sabido que mi talento ha dejado a los hombres sin palabras, pero vas a tener que superarlo si vamos a trabajar junto”, señala la dueña de circo pero Mordrake le replica que “estoy aquí para llevar a alguien conmigo a otra parte, a lo mejor eres tú”.

Ya consciente del peligro, Elsa le grita que ella no es como los demás, que no es un monstruo. De todas maneras es reducida por los fantasmas que acompañan a este hombre y dejan en evidencia sus prótesis.

Acorralada, cuenta su origen, en la ciudad alemana de Weimar, en 1932, poco antes de que Hitler fuera nombrado canciller. Elsa era una dominatrix, aunque ella prefiere decir que “en ese mundo, yo era una estrella”. Según cuenta, no era como el resto de mujeres en el negocio, nunca dejaba que sus clientes la toquen. Solo que las cosas fueron para peor.

Una noche llegó a un cuarto muy oscuro con unos extraños hombres, quienes después de drogarla le cortaron las piernas con una motosierra. Los sádicos grabaron todo y proyectaron la película por toda Alemania. “Oí que una copia incluso llegó a Viena”, dice con un lastimero orgullo.

Tras escuchar su historia, las dos caras de Mordrake deciden que es la indicada, pero cuando está a punto de acabar con ella se escucha una melodía a la distancia.

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Alejados del circo, Jimmy (Evan Peters Peters) y Maggie (Emma Roberts) descubren que Twisty (John Carroll Lynch) es el asesino del pueblo. No obstante, antes de acudir a las autoridades son interceptados por Dandy (Finn Wittrock), el nuevo secuaz del payaso.

Cuando Jimmy recupera la consciencia, descubre que Dandy, también vestido como un payaso, intenta montar un show que contempla cortar en dos a Maggie. Solo que el muchacho de las manos deformes se libera y noquea a Mott, mientras que Twisty encuentra todo muy divertido.

En estas circunstancias, con Jimmy a punto de ser asesinado por Twisty, aparece Edward Mordrake y exige al payaso que le cuenta su historia.

Según relata Twisty, fue un payaso muy querido en los años 40, pero despertó envidias entre sus compañeros de circo. Es así que unos enanos, aprovechándose de su inocencia, le dicen que corre el rumor de que se aprovecha de los niños y que pronto la policía llegará a la carpa para detenerlo. Asustado, Twisty escapa y regresa a Jupiter, donde intenta ganarse nuevamente a los niños fabricando juguetes. Sin embargo, es rechazado por todos y su depresión se desborda. Es así que se pone un rifle en la boca y aprieta el gatillo.

“Soy tan tonto, ni siquiera puedo suicidarme”, se lamenta, aunque así queda explicado por qué su boca es como es.

Poco después de esta desgracia, decide que tiene una nueva misión: entretener a los niños a toda costa, aunque este fin contempla asesinar a sus padres y secuestrarlos a ellos.

“He conocido a muchos asesinos cobarde, (…) pero ellos podían admitir la oscuridad en sus corazones cuando les llegaba la hora”, señala Mordrake antes de asesinar a Twisty y llevárselo a su mundo de tinieblas. Jimmy fue testigo de todo.

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Poco después llega la policía y felicita a Jimmy por su heroísmo, pero este no está dispuesto a escuchar a los detectives. “¡Meep no merecía morir! Alguien va a pagar por lo que le pasó a mi amigo”, grita el furibundo Darling.

Si bien Jimmy no quiere aceptar los créditos de acabar con el payaso asesino, el pueblo sí se los atribuye. Mucha gente llega a la carpa y agradece a los ‘fenómenos’ por salvar a sus niños. Elsa aprovecha esta situación para montar un show que rápidamente agota locaciones.

En medio de las preparaciones, hace su aparición Stanley (Denis O’Hare) haciéndose pasar con un tal Richard Spencer, un supuesto cazatalentos.

En tanto, en la residencia de los Mott, Dandy parece haberse recuperado bastante bien de la muerte de su amigo Twisty. De hecho, se queda con su extraña máscara y llevan puesta esta rebana el cuello a la criada de su casa, con quien siempre tenía problemas. ¿Cómo reacciona Dandy tras cometer su primer asesinato? Sonríe, fabrica una de las sonrisas más inquietantes que se han visto hasta el momento en American Horror Story.

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