Tiburones, la película completa | ANÁLISIS
Escribe Sebastián Hernández
Ph.D en Biología Molecular
Los tiburones existen en la Tierra desde hace más de 450 millones de años. Estos animales, que han sobrevivido a cinco extinciones masivas, son pescados más rápido de lo que pueden recuperarse. A diferencia de los peces como el “perico”, los tiburones se reproducen con lentitud, demorando muchos años en crecer lo suficientemente para tener crías y, por lo general, tienen pocas. Por ejemplo, el tiburón zorro, que está presente en nuestras costas, se demora entre 12 y 13 años para tener crías y, usualmente, da a luz 2 crías.
Hoy en día los tiburones se alejan mucho de la violencia, sangre y terror, comunes en el imaginario hollywoodense, y son las presas de su principal amenaza: la humanidad. Se usan por múltiples motivos, pero el elemento más cotizado son sus aletas, cuya demanda en el mercado internacional está asociada principalmente en Hong Kong, donde se usan para preparar sopa de aleta de tiburón, plato considerado un símbolo de estatus social.
Comerciar con aletas de tiburones es una lucrativa empresa, por la que se puede ganar unos US$1400 por kilo. Si bien varios países tienen normativas que establecen que las descargas de tiburones en puertos deben ser con sus aletas adheridas, aún así, la demanda global es tal que se ha calculado que hasta 73 millones de tiburones mueren por sus aletas cada año, es decir, más de 11 mil por hora.
Perú se ha convertido en un punto clave mundial de comercio de aletas de tiburón. Las exportaciones peruanas casi se han duplicado en los últimos años, siendo el país exportador más importante en Latinoamérica al alcanzar las 270 toneladas en el 2017, de acuerdo con la Asociación de Exportadores (ADEX) y la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria).
Aunque el país tiene una importante pesca artesanal de tiburón, está principalmente abocada a suministrar carne para el mercado interno, además el aleteo no es una práctica frecuente en el Perú. Buena parte de las aletas que Perú exporta en realidad provienen de Ecuador y de desembarques de barcos extranjeros en puertos peruanos. Esto puede dejar la puerta abierta para que el país sea un punto de fuga de aletas de especies protegidas por acuerdos internacionales tales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), la cual fue firmada y ratificada en el Perú desde 1975.
El último marzo, agentes de la Sunat incautaron más de dos toneladas (51 sacos) de aletas secas de tiburón en Chimbote, que eran transportadas por vía terrestre desde Aguas Verdes en Tumbes hacia Lima. El cargamento, que carecía de documentos que acrediten su procedencia, tenía un valor comercial aproximado de 70,000 soles. En la operación participaron también Produce, Sanipes (Organismo Nacional de Sanidad Pesquera) y el Ministerio Público a través de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental del Santa, que decidió abrir un proceso judicial al respecto.
Este es el primer caso ambiental que involucra el tráfico ilegal de aletas de tiburones en Latinoamérica, lo que demuestra que Perú es un punto clave para poder monitorear, regular, y combatir el comercio ilegal de aletas, en especial desde Ecuador a Perú.
En este contexto, desde el 2014 se vienen realizando talleres para construir la capacitación logística y humana que impida el tráfico de especies de tiburones amenazadas clasificadas por la CITES. Este acuerdo vinculante, del que Perú es miembro, regula el comercio de fauna a escala mundial.
Por eso, con la colaboración de Oceana, se han desarrollado herramientas para la identificación visual de las aletas que ingresan a Perú y aquellas que son comercializadas nacionalmente para su posterior exportación.
La solución a esta problemática está en las manos de las autoridades peruanas a través de la Sunat, Minam, Produce y Sanipes, quienes a través de sus competencias deben velar por control y cumplimientos de las normativas nacionales relacionadas a productos pesqueros.
Perú tiene la oportunidad de liderar la lucha contra el comercio ilegal de aletas de tiburón y, a la par, conservar a las más de 60 especies de tiburón que contribuyen a la salud del mar peruano y la economía de cientos de pescadores.
Sobre el autor
Sebastián Hernández es coordinador del Laboratorio de Biología Molecular (BIOMOL) y docente en la Universidad Veritas, en San José de Costa Rica. Es autor y coautor de más de 20 publicaciones científicas. Su investigación se centra en los aspectos poblacionales de las especies de elasmobranquios, entre ellos rayas y tiburones, su biología reproductiva, taxonomía e identificación genética. Además, ha incluido la diversidad genética y conectividad de especies de tiburones, las pesquerías, manejo, y herramientas de conservación de estas especies.