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El Camino Inca, una red vial de 40.000 kilómetros y más de 500 años, supuso una proeza de ingeniería que, como el Machu Picchu, ha sobrevivido a terremotos y lluvias torrenciales mejor que algunas construcciones más modernas.
La gran hazaña que supuso el sistema vial inca, construido sin ruedas, herramientas de hierro o animales de tiro, es el tema de la primera exposición bilingüe del Museo Nacional del Indígena Americano de la Institución Smithsonian, en Washington.
“El gran Camino Inca, construyendo un imperio”, podrá verse gratis entre el 26 de junio de este año y el 1 de junio de 2018 en la capital estadounidense para viajar después a los seis países que heredaron el sistema vial: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
“Ese es nuestro compromiso, que sea una exposición itinerante”, dijo a Efe el comisario de la muestra, el peruano y quechua Ramiro Matos.
“Esta es la primera gran exhibición sobre el Camino Inca, ha habido muchísimas sobre cultura, tejidos o cerámica, pero esta es la primera dedicada al sistema vial”, explicó Matos.
En la muestra, muy pedagógica como lo son todas las de la red Smithsonian, pueden verse 140 objetos de los fondos del museo, un mapa muy completo y actualizado de la vía, así como la primera maqueta virtual de la ciudad inca de Cusco.
Partiendo de Cusco, la capital del Imperio Inca, el Camino (“Qhapaq Ñan”, en quechua) permitía recorrer las cuatro regiones (“suyu”) del territorio (“Tahuantinsuyo”) y todavía hoy, más de cinco siglos después, unas 500 comunidades quechuas y aimaras siguen usando un 12 por ciento de este sistema vial.
El Qhapaq Ñan, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2014, fue la construcción de mayor envergadura de América en tiempos del apogeo inca y herramienta clave para la rápida expansión del imperio.
“Los incas no lo hicieron todo. Mil años antes de Cristo, los chavín ya estaban construyendo sus caminos para unir unos templos con otros. Los incas recogieron, con mucho talento, la experiencia de estos pueblos anteriores”, comentó Matos.
El Camino Inca pasa a través de altitudes de más de 4.876 metros sobre el nivel del mar y recorre llanuras, selvas, desiertos, valles y montañas.
“Es fundamental entender el manejo del agua que tenían los incas, eran unos genios en esto, lograron el milagro de que grandes construcciones como el Machu Picchu hayan sobrevivido a lluvias torrenciales gracias a esos sistemas”, indicó a Efe el segundo comisario de la exposición, el cubano y taíno José Barreiro.
“Muchas veces las presentaciones que se han hecho sobre los incas destacan lo macabro, un lado que todas las civilizaciones tienen. Nosotros nos concentramos en la gran proeza de ingeniería que lograron con los escasos recursos del momento”, añadió Barreiro.
Caminando unos 32 kilómetros al día llevaría más de 3 años recorrer toda la extensa red de caminos que componen el Qhapaq Ñan.
Los trabajos de esta exposición comenzaron en 2008, en plena crisis económica mundial, por lo que todos los objetos expuestos pertenecen a la colección del museo, que tiene un total de 800.000 piezas.
De esos fondos, unos 200.000 objetos son latinoamericanos y 400 pertenecen al periodo inca, bajo la doctrina de “repatriar” todas las piezas que tengan un especial significado para el país de origen.
Se espera que visiten la muestra 5,2 millones de personas en los tres años que estará expuesta en Washington, con una media de 1,6 millones de entradas anuales.
El Museo Nacional del Indígena Americano abrió sus puertas en 2004 después de una preparación de 15 años y bajo un gran impulso de organizaciones indígenas de todo América, puesto que la visión del centro es continental.
(Fuente: EFE)