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Para grabar su nueva película, Snowden, Oliver Stone superó trabas por parte de una industria del cine que evitó la historia del exconsultor de la CIA que denunció el programa de espionaje masivo del Gobierno a ciudadanos en Estados Unidos.
En el Festival de Cine de Nantucket, el director de Natural Born Killers cuestionó la adulación al Ejército de su país en las pantallas y contó que no le entusiasman las series de TV.
Oliver Stone recordó que Snowden fue rechazada por todos los grandes estudios, incluso después de que los ejecutivos mostraron interés en el proyecto. Finalmente, la cinta fue filmada en Múnich con financiación francesa y alemana. El estreno se retrasó, será presentada en septiembre.
Joseph Gordon-Levitt es el protagonista y Melissa Leo da vida a la documentalista Laura Poitras; Zachary Quinto es el periodista inglés que escribió el primer reportaje del caso en The Guardian y Shailene Woodley también interpreta a una reportera.
“Teníamos un buen guión, un buen reparto y un presupuesto razonable para todos los grandes estudios. Los ejecutivos nos decían ‘nos gusta, vamos a hablar, no hay problemas aquí’. Pero cuando subía a los directorios, nos lo regresaban. Por lo que sabemos, los consejos de administración se componen de los accionistas que tienen opiniones políticas”, señaló a Variety.
Como muestra, Stone rememoró que el ex secretario de Estado Henry Kissinger fue miembro de la junta de CBS y asesor de MGM. El guionista de Scarface aseguró que el magnate australiano James Packer perdió su interés en Snowden porque una fuente de Israel le advirtió que le negarían el ingreso a Estados Unidos.
“Después de haber estado en el Ejército lo último que quiero ver es otra guerra. Cuando ves las películas que celebran la guerra y celebran la presencia de Estados Unidos en la guerra, hay que realmente preocuparse sobre dónde vamos como país. Somos el único país en el mundo que conozco que se celebra los militares tanto. En ningún otro país en el mundo que ha experimentado la guerra hay este grado de adulación”, criticó Oliver Stone.
En cuanto a sus prismas ante las series de televisión, sentenció: “para mí es más interesante como realizador tomar un libro grande y convertirlo en dos horas de película, mantener el interés de la gente y contar la historia. Ese es un verdadero desafío. No es un gran desafío tomarse diez horas para hacerlo. También hay relleno, no me gusta el relleno. A menos que seas un adicto al que le gusta permanecer en el mismo canal”. Eso sí, a *Oliver Stone le gusta Game of Thrones.
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