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Por: Nelly Osco
REVIEW CINE. A Quiet Place (Un lugar en silencio en español) sigue la historia de una familia que vive en una casa en medio del bosque cuidándose de no emitir ningún sonido para evitar a un ser extraño que los acecha. Si no te escuchan, no pueden cazarte.
Evelyn, Lee, Regan y Marcus Abbott solo deben seguir tres reglas para sobrevivir y estar fuera del radar de estas extrañas criaturas: no hacer ruido, no salirse del camino y “rojo” significa correr.
Si bien John Krasinski utiliza una fórmula recurrente en thrillers de horror al presentar un mundo postapocalíptico y abordar el tema de no hacer ruido para sobrevivir, el director estadounidense logra mantener el suspenso y la tensión durante los 90 minutos que dura la película.
La primera parte de A Quiet Place muestra cómo esta familia adaptó situaciones del día a día, como la comunicación, a sus nuevas circunstancias. El lenguaje de señas, la manera de cocinar, jugar, son los detalles que acercan la historia al espectador y le permiten ponerse en el lugar de los personajes, al punto de sentir miedo, angustia, compasión, ira, desesperación, es decir, es una montaña rusa de emociones.
Krasinski maneja a la perfección el suspenso, al punto de mantenerte no al borde del asiento sino completamente reclinado debido al estrés y tensión que te genera. Algo que contribuye con esto es que casi no hay diálogos y la música de Marco Beltrami, que solo aparece en los momentos indicados, ayuda a que el espectador se sienta más nervioso. No solo los protagonistas están en completo silencio, todos en la sala de cine también lo están, algo que incrementa la sensación de angustia y peligro, pero sobre todo te permite concentrarte en lo que está apunto de pasar.
El absoluto silencio no solo le da un toque distintivo a este thriller sino representa un reto para los actores, uno que superan exitosamente. Emily Blunt y John Krasinski, al ser pareja en la vida real, logran proyectar esa química y complicidad entre esposos. Si bien ambos realizan un excelente trabajo, Blunt destaca al transmitir dolor, impotencia, terror y demás emociones solo con miradas y movimientos corporales.
En cuanto a los niños, Millicent Simmonds, una joven actriz que desde pequeña padece de sordera, y Noah Jupe logran interpretaciones que conectan con el espectador. Además, la química que existe los actores permite que las subtramas y los conflictos entre ellos se vinculen perfectamente con problema principal de A Quiet Place.
Un detalle que se convierte en un arma de doble filo es el embarazo de Evelyn, ya que por un lado sirve como detonante para clímax de esta historia, la situación resulta muy conveniente y poco creíble. Aunque Krasinski va soltando pistas y detalles que nos pone en contexto, no se incluyen escenas que expliquen lo que ocurrió en el mundo y con la humanidad, o que revelen el origen de la amenaza.
En conclusión, si quieres relajarte y pasar un momento agradable después del trabajo o las clases esta no es la película que estás buscando, porque durante hora y media te mantendrá tenso y no podrás con la desesperación. Pero si amas los thrillers no puedes dejar de ver esta película. Recuerda que la sala de cine también será ‘un lugar en silencio’.