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El ícono de la literatura argentina Julio Cortázar no murió de cáncer ni de leucemia, sino de sida. Así lo afirmó la periodista y escritora Cristina Peri Rossi.
En una nota del diario Clarín, la también traductora indicó que “aún no se había identificado la enfermedad” al momento en que el autor de Rayuela la contrajo.
“Lo contrajo porque sufrió una hemorragia estomacal en agosto de 1981 cuando vivía en el sur de Francia. Lo hospitalizaron y le hicieron una transfusión de varios litros de sangre, que después se supo, en medio de un gran escándalo, que estaba contaminada”, detalló.
Según dijo, Cortázar le escribió una carta en la cual describía las características del problema médico que sufría.
“(El mal) Se caracterizaba por un aumento desmesurado de los glóbulos blancos, manchas en la piel, diarreas, cansancio, infecciones oportunistas y culminaba con la muerte”, continuó al rotativo argentino.
Julio viajó a Barcelona en noviembre de 1983. Estaba muy preocupado por el avance de su enfermedad. Allí visitó a varios médicos especialistas que, a pesar de los esfuerzos, no hallaron una cura para su mal. Falleció el 12 de febrero de 1984.