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El cineasta Daniel Vega, director junto a su hermano Diego de la recién estrenada película peruana El mudo, expresó que cuando hace un filme no piensa en la gente, sino en lo que a él le va a gustar.
En referencia a la poca asistencia de espectadores a su segunda cinta, a pesar de que el realizador considera que esta historia es más asequible que la anterior, Octubre, Daniel observó a La República que un motivo podría ser que los peruanos “solo quieren ver los aspectos positivos de la sociedad”.
“Honestamente, mientras estoy haciendo una película no pienso en la gente, pienso en lo que a mí me va a gustar. Quizás me equivoco. Pero nosotros podríamos habernos alejado del público muchísimo más. Con El mudo, de alguna manera, hacemos concesiones con el espectador. Podíamos haberlas hecho durar veinte minutos más, simplemente porque nos daba la gana”, manifestó.
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Daniel contó que el proyecto de producir El mudo estuvo por un tiempo en manos de un cineasta que propuso de protagonista a Carlos Alcántara. En ese sentido, el director explicó que no busca rostros conocidos o desconocidos, como el caso de Fernando Bacilio, actor principal del filme. “Buscamos actores que nos llenaran o que transmitieran lo que nosotros queríamos para la película”, añadió.
Sobre su proceso de creación compartida con su hermano, la dupla galardonada con el premio Una cierta mirada en el Festival de Cannes por su ópera prima se reparte las labores de escritura, producción y dirección.
“Diego escribe un poco más que yo. Él es guionista de profesión. Yo soy una suerte de asesor. La parte de producción, la verdad, nos la dividimos de acuerdo al estado de ánimo. ¡Es tan largo el proceso de conseguir dinero! Y a la hora de dirigir, al principio había una pequeña división. Diego hacía actores y yo me encargaba de la parte visual”, relató.