Charles Aznavour. (Foto: EFE)

Charles Aznavour. (Foto: EFE)

Síguenos en Facebook



Charles Aznavour, “la voz” de la canción francesa y una de las plumas más importantes de la historia musical mundial, es un muchacho de casi 91 años que disfruta ahora de su auténtica juventud. “Yo fui viejo siendo muy joven, cuando me tenía que preocupar por sobrevivir”, ratifica este galo de origen armenio.

Aún en activo, el 5 de mayo publicará un nuevo disco, “Encore”, y solo unos días después lo defenderá a solas en España, porque aunque son muchas las colaboraciones que ha realizado en su extensísima carrera, el escenario es su terreno personal.

A su paso por la capital española para promocionar estos recitales, comenta que hacía 30 años que no pisaba la ciudad porque, sencillamente, parece que “a ningún promotor se la había ocurrido que fuese buena idea” traerlo. En una charla con Efe habla de su pasado, de su presente y, sobre todo, del futuro.

===>>> Sigue a La Prensa en Facebook

PREGUNTA: Muestra un amor enorme por su profesión. ¿Cómo lo hace? La mayoría de los matrimonios no son tan sólidos.

RESPUESTA: Soy hijo de inmigrantes. Primero tuve que luchar por ser aceptado como inmigrante nacido en París. Adquirí la nacionalidad francesa con unos tres años. Después quise ser un auténtico francés y lo conseguí. Tras eso, decidí que en mi vida sería lo que quisiera, en este caso, artista. Dejé el colegio a los 10 años y todo lo aprendí por mí mismo.

– P: Con un repertorio tan extenso como el suyo, ¿por qué sigue publicando álbumes, es que no está satisfecho aún con su obra?

- R: No sería feliz si cada vez que regresara hiciese lo mismo. Lo peor que puede haber es probar que no puedes superarte a ti mismo.

(Foto: EFE)

– P: En breve publicará su nuevo álbum, en el que ha colaborado con un joven artista francés, Benjamin Clementine. ¿Cómo surgió?

- R: Fue iniciativa suya, me dijo que era un gran admirador. En mi carrera, he grabado con muchos artistas (entre ellos, Frank Sinatra, Liza Minnelli, Plácido Domingo…), pero en el escenario adoro estar solo, ese es mi terreno.

– P: ¿Qué más puede avanzar de su último trabajo?

- R: Es uno de los mejores discos que he hecho. Nunca escribí una línea sobre la nostalgia, hasta ahora. Pero evito referirme a ella con ese término. Utilizo otros, igual que evito la misma historia de siempre. Intento ir donde otros no han estado.

– P: De hecho, usted presume de haber compuesto la primera canción sobre la homosexualidad, 30 años antes que cualquier otro artista. ¿Qué piensa cuando actúa en un país como Rusia, donde hay tantas presiones contra este colectivo?

- R: Las ignoro. También he cantado “Ave María” allí donde he ido. La primera vez que fui a un país islámico me previnieron: ‘No pensarás cantarla’. Y yo dije que sí y sonó maravillosamente. Después fui a Israel y me volvieron a prevenir, pero volví a cantarla.

– P: Aparentemente nunca ha mostrado temor a las represalias, ¿pero puede ser que a su edad se haya liberado de todos los miedos?

- R: Sigo temiendo la estupidez de la gente. Pero en este negocio, en concreto, no siento temor por nada.

– P: ¿Cómo se cuida la voz?

- R: La voz no especialmente, pero sufro una bronquitis crónica. Por esta causa, a veces me resulta muy complicado cantar, así que de eso sí me cuido mucho.

– P: En la sociedad occidental es habitual que a medida que una persona envejece se la aparte de los círculos de influencia. Pero en su caso sucede justo lo contrario. ¿Se siente un privilegiado?

- R: Sí, pero es que yo hago lo que otros no hacen, por ejemplo, procuro entender a la gente joven. Entre mi público hay mucha gente joven, de hecho.

– P: ¿Usted se siente un anciano?

- R: Yo fui viejo siendo muy joven. Con 18 años tenía que preocuparme por sobrevivir y por tener éxito. Hoy ya no tengo todos esos problemas, así que me siento más joven.

– P: Raphael, con el que llegó a grabar, dice que no se siente un icono, porque es un tipo de persona que ya no está “en el ajo de todo”. ¿Usted tampoco se considera un icono?

- R: No. Yo lo que soy es un artesano. Soy alguien que escribe con pluma. La leyenda es para después de la muerte.

– P: Es el autor de “La boheme”, “She”, “For me, formdiable”, “Sur ma vie”… ¿Es cierto que ha compuesto más de 1.000 canciones? ¿Cómo lo hace para no plagiarse a sí mismo?

- R: Hay temas suficientes en el mundo para proporcionar ideas para una canción y solo hay un loco que lo sabe, yo.

– P: ¿Y cómo consigue ser sensible, sin caer en la sensiblería?

- R: Tengo los pies en el suelo. Eso es lo más importante. Y no dejarse llevar por cantos de sirena que no son relevantes. No hay que mirar atrás, siempre hacia adelante. No sabes lo que puede venir de ese lado.

(Fuente: EFE)