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Los investigadores de la Policía de Los Ángeles no encontraron evidencia de que un segundo automóvil haya estado involucrado en el accidente que ocasionó la muerte del protagonista de la saga Rápidos y furiosos, Paul Walker, y de su acompañante, el piloto profesional y empresario salvadoreño Roger Rodas.
La versión de que Rodas y Walker fallecieron durante una competencia de piques comenzó a deslizarse luego de que los agente recibieran una llamada el domingo en la que se aseguraba que otro vehículo fue visto en la escena cuando el lujoso Porsche Carrera GT del actor se estrelló contra un poste y luego se incendió.
Ahora las pesquisas se centran en la velocidad a la que Rodas conducía el auto valorizado en US$500 mil, informó un vocero de la Policía a CNN. Un letrero que exigía una velocidad máxima de 45 km/h estaba sujeto al poste que golpeó el auto de Walker y Rodas.
Según la revista especializada Autoweek, el Porsche Carrera GT es un vehículo muy difícil de controlar, incluso para pilotos profesionales. Incluso un conductor de élite describió su experiencia en el timón de un auto de este tipo como “atemorizante”, añadió la publicación.
Esta versión cobra más fuerza con el documento oficial de la firma Porsche al que accedió el portal TMZ. En este, el fabricante de automóviles de lujo advierte que el vehículo de carrera en el que falleció el protagonista de Rápidos y furiosos era difícil de conducir y muy sensible a las condiciones de la pista.
Porsche explica el poder del automóvil y enfatiza que “tienes que estar alerta con el tipo de superficie en la que conduces (baches, pendientes) (…) Este modelo tiene todas las desventajas de un auto de carrera”.