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Por José Miguel Silva / @jomisilvamerino
Cuéntame un poco sobre tu investigación.
Desde su aparición, Publimetro me pareció muy interesante. Me parecía novedoso y quería saber qué tan rentable podía ser un diario que no vive de las ventas. Ingresé al Instituto de Investigación de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín y hablando con César Mejía, él me sugirió que investigue sobre este tema. Aún no se había escrito mucho, o casi nada al respecto, porque era algo nuevo. Consideramos necesario hablar de un fenómeno que se estaba viendo en la calle, todos los días.
¿Qué fue lo primero que te llamó la atención de Publimetro?
La primera vez que lo vi, pensé que era un encarte publicitario. Yo era totalmente ignorante y no sabía que el diario ya tenía muchos años y un gran éxito en el mundo. Me llamó la atención encontrarme con la realidad de que era una compañía gigante que simplemente había llegado al Perú. Además, me llamó la atención la forma cómo se entregaba el periódico. Tuve la impresión de que este diario elegía a su lector. Eso me pareció genial.
En tu investigación mencionas un antecedente de una publicación periódica y gratuita: Urbania. ¿Por qué no funcionó el proyecto?
Hablé con su editor y me contó que no había funcionado la idea por un tema muy personal. La directora, que ponía el dinero, se peleó con su pareja y se fue del país. No obstante, mi teoría es que este medio gratuito, que tenía una distribución mucho menor, tenía un enfoque netamente cultural. Lamentablemente, la cultura no jala publicidad, no capta mucho interés en este país. Probablemente, así solo iba a quedar supeditada a lugares de ese ambiente.
Varias universidades tienen publicaciones internas que tienen ya muchos años imprimiéndose. ¿Por qué crees que no se atreven a sacarlas fuera del campus?
Es que al comienzo necesitas un backup o algo que te proteja de las pérdidas económicas del inicio. Publimetro empezó con un gran soporte y creo que se pudo dar el lujo de iniciar con una menor publicidad o de bajo precio. Para un grupo de alumnos que lanza una revista universitaria, esto es imposible.
¿En tu opinión, el objetivo de un diario así es que la gente se quede con las ganas de informarse más sobre algo y compre otro diario?
Sí. Mi conclusión es que este diario sirve exactamente para eso, para generar un panorama de lo que está pasando y luego ahondarlo en el diario de siempre. Me atrevo a decir que no es una competencia directa de periódico, porque es diferente. Es otro producto y tiene otro enfoque. Tiene noticias más tecnológicas, de redes sociales y de cultura.
¿Es correcta la idea de que la gente compra un diario, lo pasa a otras personas y al final terminan leyéndolo casi cinco? ¿Hay estudios de mercado sobre esto?
No. Lamentablemente, al ser un producto nuevo no hay muchos estudios sobre este tema. En realidad, mi libro es básicamente sobre el origen de este diario, sobre sus inicios, que fueron muy bonitos. Como me dijo el director, confiaban en el producto, pero no sabían cómo iba a reaccionar el lector limeño.
La gente que lee Publimetro lo disfruta mucho…
A la gente le gusta. Hay algunos que lo buscan y cuando llegan tarde se lamentan de no haberlo encontrado. Es bonito, hay una linda relación con un diario que juega mucho con sus portadas temáticas. Es un diario que tiene mucha libertad para experimentar con su contenido, a diferencia de otros medios impresos.
¿Qué diarios extranjeros gratuitos te llamaron la intención en tu investigación?
Me gustaron los españoles. Allá la crisis ha forzado el cierre de varios, pero otros han tratado de mantenerse de mil formas. En España ya es una costumbre que existan diarios de esta índole. Así como acá reclamamos nuestro Publimetro en los paraderos, allá están siempre en las estaciones del metro.
Otro tema es el de las redes sociales. Publimetro Perú tiene más seguidores en Facebook que el de Chile, por ejemplo…
A los peruanos nos encanta la Internet, nos encantan las redes sociales. A mí me gustaba mucho la forma en cómo este diario manejaba sus redes sociales cuando se inició. Ponían emoticones, caritas felices, hacían bromas. Eso gusta mucho a la gente joven. Te sientes identificado.
¿Cuáles fueron las principales dificultades que tuviste en tu investigación?
Me tomó un año hacer esta investigación y creo que lo más complicado fue la falta de bibliografía al respecto. Como no había prensa gratuita en el Perú, nadie había investigado y publicado algo al respecto. Felizmente me ayudaron mucho en el Instituto de Investigación.
Suena genial tomarse un año para publicar un libro.
Mira, si te dan el apoyo, toda la logística y la tranquilidad económica, es genial. Parece un trabajo soñado y lo haría sin cobrar. Soy un periodista muy joven y me encanta la idea de publicar. Es más, ahora estoy preparando un nuevo libro que espero salga muy pronto.