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Este texto contiene algunos ‘spoilers’. Si no has visto las temporadas anteriores, podrías enterarte aquí de detalles que no conoces.
Dexter ya no es el frío asesino en serie que calcula al milímetro los aspectos más ínfimos de su vida cotidiana. Hoy, seis meses después de la muerte de la capitana María LaGuerta (ver temporada siete), el analista de sangre es un hombre atormentado por el daño que le causó a su hermana Debra, a quien convirtió en una homicida involuntaria.
El primer capítulo de la octava y última temporada de la serie de Show Time expone la trama de los próximos cuatro meses: Dexter anhela salvar a Debra del hoyo depresivo y del sicario ‘El Sapo’ en el que se encuentra mientras convive con su ‘pasajero oscuro’ y evita ser capturado por la doctora Evelyn Volguen, la brillante experta en asesinos seriales a la que debe enfrentar.
Los papeles parecen haberse invertido: Dexter ahora se deja llevar por sus impulsos violentos –pierde el control incluso con su hijo, el pequeño Harrison– y Debra, la otrora policía ejemplar, desprecia su vida y se ha convertido en una agente privada que no le teme a la cocaína ni a convivir con hampones y vendedores de droga. Está acabada: no puede aceptar que acabó con la vida de LaGuerta.
Los personajes secundarios están envueltos en sus propios líos: la hermana de Ángel Batista –niñera de Harrison– tiene una relación escondida con Joe Quinn, mientras que el sargento latino ha vuelto a la Policía tras la muerte de su exposa. Masuka sigue dándole el tono de humor pervertido a la serie.
Pero la historia central se centrará en la relación entre Volguen y Dexter. En la mejor escena del capítulo, ella le sugiere al protagonista que conoce la verdad sobre el ‘Carnicero de la bahía’, quien no es otro que el protagonista de la serie. Sus sospechas tienen mucho sentido: Dexter ha cometido demasiados errores y sería ilógico que alguien no lo tuviera en la mira. Solo en la Policía de Miami puede existir tanta candidez.
Si LaGuerta descubrió al verdadero ‘Carnicero’ casi de casualidad –por su amor obsesivo hacia James Doakes– la enigmática Volguen ha examinado al milímetro al asesino serial e incluso sabe acerca del Código de Harry, aquel reglamento que sigue Dexter para seleccionar a sus víctimas y justificar ante sí mismo los crímenes que comete. ¿Cuánto sabe realmente la psiquiatra británica?, ¿concretará un acuerdo con Dexter o le tenderá una trampa?
¿Qué papel jugará el excapitán Thomas Matthews en esta temporada final? Él –amigo de Harry Morgan, fallecido padre adoptivo de Dexter que ahora es su conciencia– sabía de las sospechas de LaGuerta y lo más probable es que tenga un papel determinante en el desarrollo –si no en el desenlace– de la historia. Y Debra, ¿cómo se resolverá el futuro de la hermana del forense asesino?
Dexter llega a su etapa final con una historia que promete enganchar y muchas interrogantes por resolver. Luego de algunas temporadas mediocres y también de momentos y personajes inolvidables (Trinity, Brian Moser, el propio Doakes), la octava temporada ha presentado los elementos que podrían convertirla en un clásico moderno o pasar al olvido por los mismos errores del pasado.